Sin identidad (unknown)
Liam Neeson se ha revelado en los últimos años, como un improbable, pero efectivo de cara a la taquilla, héroe de acción entrado en años. El sorprendente taquillazo de Venganza, ha provocado que el actor se encuentre al frente del reparto de Sin Identidad, entretenido thriller, dirigido por Jaume Collet-Serra, y producido por el mítico Joel Silver.
Neeson interpreta a un doctor experto en biología, que se encuentra de viaje en los nevados parajes de Berlín, junto a su señora, para dar una conferencia. Y hasta aquí puedo leer, ya que este film es de esos en los que “nada es lo que parece”. Tras un accidente de tráfico, Neeson se ve envuelto en una trama de dobles, e incluso falsas, identidades con algún ligero toque de Hitchcock y unas pequeñas dosis del cine de conspiraciones de los años 70. Pero solo ligeramente, no nos llevemos a engaño.Jaume Collet-Serra ha realizado tres films para la productora Dark Castle, y en todos ha demostrado que estamos ante un competente artesano, al que no se le dan mal los mecanismos propios del típico cine estadounidense de consumo rápido, ya sea un slasher (La casa de cera), una cinta de terror con niños (La huérfana) o el thriller de acción, como el film que nos ocupa.
El cineasta catalán controla bien el ritmo, dosificando las, constantes, sorpresas y entreteniendo a la audiencia, sin excederse en ningún momento con virguerías innecesaria, dentro de este tipo de proyectos. También demuestra un acertado nervio, a la hora de rodar las escenas de acción, bien dosificadas dentro de la trama. El director se atreve hasta con una persecución de coches, de la que sale con acierto.El resto del reparto ofrece alguna que otra alegría, como una Diane Kruger, que demuestra que ser bella no es óbice para ser una buena actriz. Kruger le gana la partida, de calle, a January Jones (de Mad Men) como partenaire de Neeson. También encontramos rostros más veteranos, como un desubicado Aidan Quinn (desde In Dreams no tenía noticias suyas), un desaprovechado Frank Langella (huele a gallina de por medio) y un divertido Bruno Ganz (el Hitler de El Hundimiento) que se convierte en lo mejor de la función.
El espectador debe poner de su parte para disfrutar de un film como Sin Identidad: abundan las lagunas en el guión, y existen comportamientos incomprensibles de los personajes, pero si pasamos por alto estos, ligeros, detalles, podremos disfrutar de cine de consumo rápido, bien realizado y sin pretensiones. Además, siempre es de agradecer que directores españoles crucen el charco y les salga bien la jugada.