Valor de ley (true grit)
Se estrena un Western, lo repito un Western. Nada de crepuscular, Espagueti ni marmitaco. Los hermanos Coen remakean el filme del mismo nombre que diera al mítico Jhon Waine su único Oscar en su carrera.
Para la ocasión recuperan al que fuera el nota del Gran Lebonsky Jeff Bridges y para el rufián vuelven a confiar en Josh Brolin que ya protagonizara “No es país para viejos”. Matt Damon hace doblete en cartelera tras “Más allá de la vida”.
Un reparto de excepción que de la mano de un guión sin fisuras se adentra en los caminos del auténtico western americano, incluso los diálogos utilizan una jerga de una época encomiablemente presentada en pantalla gracias al vestuario, polvorientos decorados y terrenos naturales de gran belleza reforzada por su ejemplar fotografía. No desentonan ni la banda sonora ni el maquillaje que convierte a bridges en un vaquero bebedor de gatillo fácil que deberá ayudar a una niña a cumplir venganza contra el asesino de su padre.
Valor de ley es simplemente el enésimo relato de venganza, lo que matizado por la ironía de los autores y la autenticidad de unos personajes que encandilan al espectador en un espectáculo de imponente factura que recupera la aventura de antaño aunque adolece de la acción de otras épocas.