La daga de rasputín (la daga de rasputín)
Un Anillo para gobernarlos a todos. Un Anillo para encontrarlos, un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas… digo… ¡una daga!
Sí, así con una forja épica, seguida de un viaje a Egipto, Atila y demás mitos empieza “La Daga de Rasputín”. Incluso incluye la voz grave de leyenda que toda película épica tiene que tener. A todo esto se le une una cárcel a lo “Celda 211”, esta vez con Resines haciendo de preso y el resto del reparto de “Los Serrano”: Bonilla (Director del film y actor protagonista), y Antonio Molero. Sin duda la cosa fue barrer para casa. Como ellos mismos confiesan, estaban muy a gusto trabajando juntos en televisión y decidieron hacerse una peli. Pero que nadie se confunda, esto es una comedia, una de las que toda la vida hemos llamado “españolada”. Qué porqué… porque a esta curiosa mezcla se le unen Carolina Bang, recién nominada a los Goya, con un acento ruso y mucha carne al aire y Carmen Arche haciendo de choni, también enseñando carne. Faltan los Santos, pero ya se encarga de rezar durante toda la película en su papel de piadosa del Señor, María Barranco. Por si a este coctel español castizo le faltaba algo, en el reparto se incluye a Andrés Pajares, haciendo de “Generalísimo Ruso” y al peculiar Juan Luis Galiardo, en el papel de un ruso llamado Zadkin. ¡Ah! Que casi me dejo las escenas de sexo y el lesbianismo. Si tuviera que añadir algo más a esta calificación de género diría que es una comedia del ridículo, como ir al circo a ver a los payasos de la tele.
El guión flojea, para qué lo vamos a negar. Los chistes son poco inteligentes (con alguna excepción haciendo mención al Presidente de los Estados Unidos), las situaciones ya se han visto en innumerables ocasiones y se ha depositado toda la fuerza de la película en el elenco de actores. Sin embargo, Juan Luis Galiardo afirma que “va a ser el éxito del año porque da al espectador lo que necesita: diversión”, la gran pregunta es: ¿es lo que el espectador quiere?
A lo mejor, deberíamos pasarnos a la comedia seria, a la cuidada y mimada que hace que sonrías nada más ver el cartel, o que reflexiones ante el espejo cómico que te ponen delante, porque seamos sinceros, a estas alturas de la película (nunca mejor dicho) los espectadores lo hemos visto todo y por poner a cuatro paletos en Rusia no vamos a reírnos hasta reventar. Es más, queremos ver cosas nuevas, nuevos “tipos de españoles”. Si van a hacer una comedia, háganla bien, qué sabemos que es más difícil que hacer drama, pero no caigan en lo de siempre.
Si algo positivo hay que destacar es que estos tres actores tienen carisma, son capaces de hacerte ver la película hasta el final, e incluso hacértela dinámica y llevadera. Entretenida.