El director del último justo Manuel Carballo se carga la cámara al hombro con la habilidad de un mono la mueve frenéticamente intentando desesperadamente dar dinamismo al infructuoso montaje.

★☆☆☆☆ Pésima

La posesión de Emma Evans

¡No sé donde vamos a llegar! Antes los adolescentes le pegaban una buena paliza al profesor y lo grababan en el móvil. De botellón bebían hasta el coma etílico, prendían fuego a un bendigo, cosas de chavales, sin maldad y es que para pasar el tiempo se tiene que recurrir a la imaginación.

 

La cosa cada vez va a peor, ten cuidado si tienes un cura freak en la familia, que escuche que les da por construir pentagramas con instrucciones precisas de cómo convocar al diablo. Lo visita su sobrinita, en la conversación le saca los dibujos para que la niña aprenda a convocarlo. Si la rebelde llega borracha, la castigas a su habitación, ya tienes a Satanás en tu casa por navidad. Porque nuestra hija no se drogará un poco como todos los chicos de su edad piensan los padres, hombre es que si os da por no matricularla en el colegio y que aprenda en casa, pues tienen que llamar amiguitos para jugar un poco.

 

El guionista David Muñoz, asiduo a la televisión al que le debemos algún corto cachondo. ¡De potra! Por ejemplo. Igual se equivocó cuando le encargaron esto o se lo tomó a cachondeo, sea lo que sea nos brinda un exorcista a la española que produce carcajadas si te la tomas en broma o llantos si te la tomas en serio, terror va a ser que no. Con la vista de darle un asunto internacional, nos vamos a grabar a Londres con reparto internacional. Metemos a la hija de Pierce Brosnan en Evelyn Sophie Vavasseur, que sigue con su eterno careto de besugo a la plancha, que salga una escena el Doug Bradley que todos los fanáticos lo conocen por la saga Hellraiser, al menos nos dará para vender esta cosa.

 

Viendo que la trama es una traca, la iluminación es……. ¡Nula! Graban de día a pleno sol, ni un foco, la fotografía es inexistente, la banda sonora son cuatro notas si enlazar de vez en cuando, y los efectos especiales se limitan a hacer levitar la Besugo unos centímetros de mierda. El director del último justo Manuel Carballo se carga la cámara al hombro con la habilidad de un mono la mueve frenéticamente intentando desesperadamente dar dinamismo al infructuoso montaje. El maquillaje son dos pegotes en los ojos de la protagonista.

 

Rodada a lo culebrón venezolano lo mejor es ya el despelote final. Allí todo el mundo se empieza a apuñalar con alegría y desenfreno con unos diálogos que invitan al orgasmo.

Le dice el diablo a la niña:

 

      Mata al cura.

 

Ella le contesta a Satanás con dos cojones:

 

      ¡Que te calles joder!

 

Al final sale el Doug Bradley anunciando a la poseída que se libró del mal.

La frase que suelta es antológica.

 

      El diablo pensaba que estabas muerta y se fue. ¡Toma castaña! ¡Lucifer es tonto del culo!

 

Para paliar el desastre tenemos toda la colección de clichés del género exorcismos. Voz de machote que se le pone a la cría, ojos en blanco cuando levita, algún taco, puede encender fuego y sacar trapos sucios a las víctimas.

 

PD: Anuncian que el director terminó suicidándose cuando vio el montaje final, la comunidad cinéfila cree que fue su mejor decisión viendo a lo que abocaba su carrera profesional.

Lo mejor: Te ríes de lo lindo.
Lo peor: Es de vergüenza ajena.
publicado por Andrés Pons el 31 diciembre, 2010

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