El hombre de al lado
El hombre de al lado ha recibido junto a otros galardones el premio a la Mejor Película por parte de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de la Argentina. Tras el paso por el festival de Sundance y su estreno en el país de origen, la cinta ha ido cosechando un éxito considerable de público y crítica que sorprende en una producción tan humilde.
Dicho esto, conviene aclarar que nos encontramos ante una comedia que se encuentra más cerca del humor absurdo, gráfico, de Jacques Tati que de las conversaciones vertiginosas, llenas de ingenio, tan características del cine argentino que nos llega a Europa.
La acción de la cinta se centra exclusivamente en la llegada de un vecino poco que quiere abrir una ventana de cara al salón de un gran empresario. Ciertamente consigue provocar numerosas situaciones cómicas al mismo tiempo que se construye una fábula mordaz dirigida contra la hipocresía que nos rodea. Si bien, termina apareciendo la sensación de estiramiento de la anécdota, demasiado repetitivo.
La química entre los actores es buena, pese a que brilla con mucha más fuerza el carisma del vecino frente a las tribulaciones rutinarias del protagonista, al que seguimos en cada una de las escenas.
En resumen, es una película fresca y original en su planteamiento –que no en su forma-, algo irregular por momentos. Algunas escenas son realmente divertidas.