Caza a la espía (fair game)
Intérpretes: Naomi Watts, Sean Penn, Ty Burrell, Bruce McGill, Michael Kelly, Brooke Smith, David Denman, Noah Emmerich.Sinopsis
Basada en un episodio real de la vida de Valerie Plume (personaje interpretado por Naomi Watts), agente de la división de Anti-proliferación de la Agencia Central de Investigación. Esta agente está inmersa en la investigación sobre la existencia de armas de destrucción masiva en Iraq. Al recibirse en la CIA una información sobre la supuesta venta de un gran volumen de uranio por parte de un país africano, se decide solicitar la colaboración de su marido, Joe Wilson (personaje interpretado por Sean Penn), con un pasado diplomático en África y conocedor de la zona. Se le pide que realice una evaluación sobre ese posible movimiento de combustible nuclear.
La administración Bush decide obviar las conclusiones de este informe, y no sólo eso, sino que lo utiliza como excusa para respaldar la invasión del país iraquí. Ante esta situación Joe Wilson no se cruza de brazos y decide hacer pública su opinión y su versión al respecto. Sus revelaciones provocan que la Casa Blanca contraataque destapando la identidad de su mujer, con todo lo que ello conlleva: repercusiones en sus operaciones abiertas, imposibilidad de seguir realizando su trabajo, relaciones personales, etc.
Crítica
Es una muestra más de la manipulación mediática y del falseamiento de información que se hizo desde la Casa Blanca para justificar una guerra con unos argumentos falsos y carentes de toda fiabilidad, incluso por la propia CIA. No obstante, aunque podríamos, no estamos aquí para hablar de ese tema, sino para hablar de cine, y en cuanto a lo cinematográfico, tenemos varias cosas que decir.
No es la primera, ni será la última cinta que trate de sacar a la luz las mentiras utilizadas en su momento para justificar tal barbarie, ni tampoco será la última que denuncie las atrocidades cometidas ni los sufrimientos causados en todos los niveles que podamos imaginar. Quizá también, por eso mismo, le pedimos algo más; la crítica y la denuncia está bien y es necesaria, pero el cine tiene que enganchar, emocionar, exaltar,…, hacer sentir, al fin y al cabo. Entretener, enganchar y sentir, eso es lo que le pido a una película, y cada vez menos encuentro. Sin duda, por culpa de mi ignorancia, mi falta de criterio y mi posible insensibilidad.
Se mezcla el drama de espías con el thriller político, pero quedándose lejos de las joyas de ambos subgéneros, si me permiten esta tan alegre clasificación, y donde Todos los hombres del presidente se presenta como un referente no alcanzado.
No digo que la historia no tenga jugo suficiente, sino que simplemente se queda en una puesta en escena correcta, sin fascinar ni evocarnos pasión alguna. Puestos a criticar, incluso nos podría sugerir elementos muy repetidos dentro del género, algunos metidos con calzador y sin lubricante, los cuales se podrían haber obviado en el montaje final. Discurre por la corrección sin más, sin intensidad alguna y carente de sorpresa.
No encuentro demasiados elementos que destacar, simplemente la correcta interpretación de los dos protagonistas, únicos elementos que le confieren a la cinta pasión y convicción. Cada uno es su papel, la frialdad de una espía sin emociones encarnada por Watts y el padre de familia que lucha y quiere que la verdad triunfe, protagonizado por Penn. No creo, tampoco, que nos hayan brindado aquí sus mejores trabajos.
Desde aquí la aprobamos, pero le pedimos mejora en lo sucesivo, no al film en sí, claro está, pero sí a sus responsables. Desde el fondo, desde la butaca del fondo, le pedimos que tomen nota.
Nota general: 5,5 sobre 10.
Lo mejor: Las interpretaciones de ambos protagonistas que logran elevar el nivel emocional de una cinta escasa de fuerza.
Lo peor: Su ausencia de pasión y espíritu son incapaces de enganchar y de provocar sensaciones en el espectador.