Retornos
“Retornos” es la obra con la que Luis Avilés debuta como director de largometraje. Es una película singular e inteligente, con deficiencias, pero capaz de hacerlas pasar desapercibidas. El relato podría catalogarse como de “thriller a la gallega”. De hecho, posee todos los componentes de una buena historia de suspense, lo que incluye buenas dosis de misterio, sorpresa y emoción. Todo ello con un filtro constante: lo gallego. Y es que la historia no sería la misma si en vez de ocurrir en una aldea gallega ocurriera en otro lugar. Es más, creo que esta película no tendría ningún sentido sin su ubicación, su lengua y su gente.
Galicia siempre ha sido -y es- tierra de migraciones, tierra de marchas y retornos. El retorno de Álvaro, el protagonista, no es un retorno cualquiera. Vuelve desde Suiza para asistir al entierro de su padre, aunque también para enfrentarse al pasado, a sus miedos, a su hija y a su pueblo entero.
Además, la película se adentra con descaro en el mundo de la prostitución. Este tema adquiere en “Retornos” un enfoque diferente del que estamos acostumbrados a ver en el cine español. Sin ningún tipo de glamour, las prostitutas de esta aldea son quienes, a fin de cuentas, pagan por los pecados de un pueblo carcomido.