La película con la que el Studio Ghibli se proyectó definitivamente en el panorama internacional, una oda a la naturaleza compleja y de personajes con marcado carácter.

★★★★★ Excelente

La princesa mononoke (mononoke hime)

Corría el año 2000, yo era un jovencito e inocente otaku con la esperanza de que algún anime llegara a la pantalla grande, y he aquí que dicho año escucharon los dioses mis plegarias y se estrenaron dos filmes animados japoneses ni más ni menos, uno era la primera película de Pokémon y el otro, mucho más interesante, La Princesa Mononoke, el primer anime que vi en cines, y el cual admiré dos veces el mismo fin de semana (consciente que era que mucho no podía durar). Han pasado más de diez años y por suerte se han estrenado más o menos bien todas las películas posteriores de Hayao Miyazaki, e incluso films anteriores como Mi vecino Totoro y Nausicaä del Valle del Viento (aunque éstos en muy pocas salas y ciudades); pero lo mejor de todo es que tiene pinta de que la cosa continuará, así que, aunque de forma limitada, se seguirá estrenando animación nipona en esta tierra de sedientos frikis.


La Princesa Mononoke (Mononoke Hime) fue la tercera o cuarta película del Studio Ghibli que visioné, y una de las que más veces he vuelto a disfrutar, y es que estamos, quizá, ante la propuesta más adulta y oscura de Hayao Miyazaki.

Ashitaka es el príncipe de los últimos Emishi, una legendaria tribu que fue casi exterminada por orden del emperador quinientos años atrás. Pero otra desgracia se ha cernido sobre dicho pueblo, pues el príncipe no tiene otra opción que partir al haber sido maldecido por un monstruo que mató, ya que se proponía atacar la aldea. El rumbo que ha de seguir es el oeste, a un lugar donde en los bosques aún reinan los dioses, y donde vive el Espíritu del Bosque. En dicho lugar se topará con una chica llamada San, más conocida como la Princesa Mononoke, ya que ha sido criada por la diosa loba que habita en las montañas; y con Lady Eboshi, ambiciosa mujer que ha creado una fortaleza para extraer el hierro de las montañas, y para ello tiene que talar el bosque. Ashitaka se encontrará entre dos fuegos, e intentará por todos los medios parar la guerra además de encontrar un remedio para su maldición antes de que sea demasiado tarde.

La Princesa Mononoke es una de las producciones animadas japonesas más caras, y en su día también fue la película más taquillera de la historia en Japón (fue superada por la siguiente obra de Miyazaki, El viaje de Chihiro). La idea de la película se remonta muchos años antes de que se realizara, y de hecho cambió tanto que apenas se parecen los esbozos preliminares al resultado final, ya que pasó de ser una historia donde una joven era secuestrada por un monstruo a otra mucha más compleja, donde se entremezclan tribus olvidadas, una chica criada por dioses, una ciudad fortaleza donde funden preciados metales, un noble que desea el hierro, y un maquiavélico monje a las órdenes del emperador. Unos luchan por acabar con los dioses y así dominar la naturaleza, otros por proteger el bosque, y entre ambos bandos está Ashitaka, que ante la incomprensión de los demás intenta hallar un termino medio: la convivencia entre el hombre y la naturaleza.

Mucho debemos agradecer Toshio Suzuki (productor de la cinta), fue el que insistió a Hayao Miyazaki para que realizara la película, puesto que tal y como él lo veía si esperaba más tiempo probablemente no hubiera sido posible hacerla, debido a que simple y llanamente Miyazaki se estaba haciendo mayor y La Princesa Mononoke es una película de "acción". Para Suzuki aquel momento era la última oportunidad de que el maestro la realizara. Y parece que acertó, porque desde entonces el director de Un castillo en el cielo no ha hecho ningún filme con tantas y continuas batallas.

Y no es de extrañar que Miyazaki no haya realizado ninguna película más que exigiera tanto como esta. La producción fue larga y tediosa, se retrasó en varias ocasiones, en parte por culpa de su director, que no había terminado el storyboard (incluso no había escrito el final) cuando estaba casi acabada. De hecho pocos meses antes de la fecha tope propuso añadir quince minutos más de metraje para así darle un final digno. Eso sí, no se puede negar que Miyazaki no se dejara la piel en ello, haciendo maratonianas jornadas de catorce horas, y acabando con las manos medio vendadas. Es más, una vez se terminó la producción, murió el que iba a ser destinado a sustituir al maestro, Yoshifumi Kondo, lo cual supuso tal golpe para el cineasta que anunció su retirada, mas no lo hizo al ver que el estudio dependía demasiado de él.

En resumen, La Princesa Mononoke es un film complejo, con multitud de referencias a la mitología nipona, pero ante todo es una oda a la naturaleza y un cántico pacifista, una llamada a que verdaderamente podemos convivir en paz, sin maltratar el medio que nos rodea.

Lo mejor: -La banda sonora, compuesta por el compositor habitual de los films de Miyazaki, Joe Hisaishi. -La belleza de las imágenes, los fondos, los detalles, etc... -Ese final tan de Miyazaki, en el que deja pie a la esperanza. -La integración perfecta entre animación tradicional y por ordenador (el Didarabochi, o Caminante Nocturno, por ejemplo), en la mayoría de los casos son indistinguibles.
Lo peor: -Que no fuera nominada al Oscar a mejor película extranjera de habla no inglesa
publicado por Raul Neovallense el 23 octubre, 2010

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