Scanners 3 es una película de acción, terror, sci-fi y comedia realmente mala, disfrutable únicamente como producto casposo no comparable con la obra original, dirigido a los amantes del cine más bizarro.

★☆☆☆☆ Pésima

Scanners 3: el poder de la mente

Toda buena película, o por lo menos toda película que resulte rentable, tiene secuelas. Es el caso de Scanners, de David Cronenberg, un notable thriller de terror parapsicológico cargado de buena sci-fi, que contó con dos secuelas y otras dos no oficiales, cronológicamente, Scanners II: El nuevo orden, Scanners III: El poder de la mente, Scanner Cop y Scanner Cop 2.
De la trilogía original, y a falta de ver las dos Scanner Cop, me he centrado en Scanners III por su excesiva casposidad. Alejada totalmente en cuerpo y alma del primer film de la serie, esta tercera parte, rodada inmediatamente después que su antecesora, es un bodrio de tomo y lomo.

Si empezamos por el guión, qué decir tiene que la banalidad a la que se ven reducidos los complejos conceptos planteados por Cronenberg da bastante miedo. El libreto de B.J. Nelson, Julie Richard y David Preston es tan infantil que cualquier comparación con el del film de Cronenberg es dañina para esta tercera película, que más bien parece un mediocre comic-book a lo Patrulla X. Lo peor de todo es que, en un alarde de originalidad, los ingeniosos guionistas optaron por saturar la historia de momentos cómicos que no vienen a cuento y desentonan por completo con la supuesta atmósfera terrorífica que envolvía la serie en un principio. La trama, en si, no deja de ser una mera repetición de la historia de la primera Scanners, sólo que en esta ocasión el enfrentamiento entre scanners, esta vez hermano bondadoso contra hermana malvada, es mucho más pirotécnico, ingénuo, casposo y psicotrónico. Por no hablar de los FX, que son de baratillo al cien por cien, provocando la carcajada histérica en no pocos momentos.

Scanners 3 es una película de acción, terror, sci-fi y comedia realmente mala, disfrutable únicamente como producto casposo no comparable con la obra original, dirigido a los amantes del cine más bizarro. Eso sí, entretenida es un rato, aunque sea sólo por su sobrada mediocridad. Lo único que da pena verdaderamente es que, tras una secuela tan competente como Scanners II, Christian Duguay (Asesinos cibernéticos, El Arte de la Guerra) hiciera un trabajo tan lamentable como el que hizo con esta tercera parte.

Un 2, no hay más. Aunque, a pesar de todo, amo este divertido bodrio.
Lo mejor: Entretiene y divierte.
Lo peor: Comparada con la original, e incluso con la segunda parte, es basura cinematográfica.
publicado por Pablo Rodríguez el 30 septiembre, 2010

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