Salt
Viendo "Salt" no he podido evitar acordarme de "No hay salida", película protagonizada por Kevin Costner en 1987, donde el protagonista de "Bailando con lobos" investigaba la presencia de un posible topo del KGB que además habría asesinado a su novia. La cinta dirigida por Phillip Noyce recuerda en ciertos aspectos a aquélla, pero careciendo de su efectividad y tensión. Lo cual es una verdadera lástima, viniendo del firmante de películas tan interesantes como "Juego de patriotas", "Peligro inminente" y "El americano impasible".
Todo el mundo sabe que Angelina Jolie se convirtió en protagonista de la película al bajarse del carro Tom Cruise; personalmente, creo que se ha ganado con el cambio, ya que la Jolie es, a día de hoy, una intérprete mucho más carismática y solvente en cuanto a cintas de acción se refiere que la otrora superestrella de "Misión Imposible". Y eso es, sin duda, lo mejor de "Salt": una acción trepidante casi desde el primer momento, que hace que sus 100 ajustadísimos minutos pasen en un suspiro. Además, contando con un montaje que, sin igualarse al naturalismo hiperrealista de Paul Greengrass, está bastante alejado del montaje michaelbayesco que tan en boga está últimamente (y que quien esto suscribe odia con todas sus fuerzas).
Por otro lado, "Salt" peca de no aprovechar bien las dos o tres ideas buenas -que no originales- que tiene el guión de Kurt Wimmer (firmante de cintas tan notables como "Equilibrium", y de horrores de la talla de "Ultravioleta"). Por ello, el personaje de Evelyn Salt, que debería resultarnos ambiguo, acaba siendo una mezcla de Sydney Bristow, Jason Bourne, Jack Bauer y McGyver, una sensación que no ayuda a disipar el hecho de que Angelina Jolie esté con el piloto automático puesto y no se moleste en disimularlo. Mucho más interesante resulta la evolución del personaje interpretado por Liev Schreiber, actor excelente incluso cuando tiene un material limitado como pueda ser el caso (aunque nunca tan limitado como en "X-Men Orígenes: Lobezno"). Al lado de Jolie y Schreiber, los otros dos intérpretes de la película, Chiwetel Ejiofor (repitiendo en cierto modo su personaje de "Serenity", aquí en clave de agente de la CIA) y August Diehl (el otro nazi cabrón de "Malditos Bastardos"), están apenas visibles.
Así pues, "Salt" es una buena idea pobremente materializada, aunque, eso sí, envuelta en una espléndida pirotecnia, divertida, intrascendente y espectacular. Que se quejen de lo increíble que resulta ver a Angelina Jolie con sus 50 kilos cargándose a agentes de la CIA de 1’90 y 100 kilos, pero luego acepten sin problemas al retaco de Tom Cruise, con su 1’60 de estatura, hacer exactamente lo mismo, es algo que no puedo entender más allá de un sexismo como una catedral. Disfrutadla sin complejos, total, la vais a olvidar en cuanto salgáis por la puerta del cine…