Grace
Después de leer la crítica de la colega Cecil B. Demente he de decir que estoy bastante de acuerdo con ella, y me hubiera gustado estar en ese preestreno en que un espectador se desmayó. Según Cecil, y me sumo a su opinión, mediante ese desmayo se procuró añadir un poco de espectáculo, mayormente el espectáculo que le falta al filme.
Voy a ser un poco más benevolente que la colega de página, y confesaré que a mí me ha parecido un más que suficiente ejercicio de tensión y horror. No es que sea La semilla del diablo pero llega un momento en que la angustia te oprime el corazón. No me ha resultado una película agradable de ver, quizá porque buena parte de la tirantez de la obra se logra gracias a los llantos del bebé, con lo que un servidor no sabía si al final se hallaba debidamente sugestionado por el horror o, sencillamente, es que estaba estresado.
Alcanza, en definitiva, un buen clímax de horror nada fácil de conseguir, sin perder la verosimilitud ni irse por las ramas. A este respecto, decir que el director Paul Solet te persigue con su historia, sabiamente, sin darte escapatoria. Así que no te queda otra que comerte los berrinches del chiquitín con patatas. Le falta, empero, un poco de impulso para que la historia cobre un poco más de vuelo. Se echa en falta un buen golpe, un giro demoledor, una vuelta de tuerca más. Yo, por ejemplo, me pensaba que al final todo iba a ser imaginación de la madre y que la criatura estaba en realidad muerta desde el nacimiento. O también esperaba un invento vampírico todavía no inventado y que se explayara más en el mismo invento.
Recomendable aunque, como dijo alguien, absténganse futuras madres.
Por cierto, dese luego no creo yo que esta producción sea para desmayarse de miedo. Si habláramos de salvajadas como À l’intérieur o Mártyrs otro gallo cantaría…