Pandorum
Película que empieza bien, con unos primeros minutos angustiosos y en los que el hecho de que ninguno de los dos tripulantes de la nave recuerde nada de lo sucedido antes de su hibernación, vaticina un guión solido.
Pero, lamentablemente, al poco rato irrumpe uno de los recursos más usados hoy en día para poner un parche fácil frente a la falta de inventiva. Ese recurso es el que yo denomino la Tomb Raider clónica. Es decir, la heroica aparición de la damisela perfecta, guapa, 90-60-90, experta en artes marciales, misteriosa, con mirada de Matahari enigmática, que se pone a repartir hostias a diestro y siniestro sin despeinarse. Los sufridos lectores que hayan tenido a bien leer pacientemente algunas de mis críticas conocen que no hay nada que deteste más que a estos clones de la rubia de Kill Bill. Su sola presencia hace que una película que se pretendía seria quede arruinada desde el punto de vista de la verosimilitud.
Lo mejor del filme son los efectos especiales y los ambientes, inspirados, cómo no, en la legendaria Alien (madre de casi todas las películas de ciencia ficción posteriores). Así, pronto nos vemos sumergidos en estrechos conductos de ventilación de corte gótico-futurista, por cuya red laberíntica se mueve el astronauta huyendo de los sosias del alien de Ridley Scott.
Uno se da cuenta antes de acabarse la primera hora de metraje de que la historia ya no da más de sí. Monstruos, tomb raider repartiendo leña, sustos y poca cosa más. No hay una tensión bien trabajada como en Solaris o en la susodicha obra de Scott. Como ya he dicho, el guión es flojo y la expectación se va a pique en beneficio de los momentos de acción trillados y fáciles. Hace falta algo más para que una película se haga interesante…