Con vidas colisionando en torno a la pasión, castigo y el crimen en una fronteriza ciudad se desarrolla la intensa mirada Guillermo Arriaga, que esta vez escribe y dirige su propio material
Lejos de la tierra quemada
Guillermo Arriaga se le conocía como socio y escritor de connotadas cintas dirigidas por Alejandro González Iñárritu como (Amores Perros, Babel o 21 gramos), cual de todas ellas de excelente calidad y caracterizadas por sus relatos fragmentados. En una primer lectura de este nuevo destacado obra de Guillermo Arriaga, “Lejos de la Tierra quemada”, que se pone frente a la cámara y en el cual se aprecia un cierto acercamiento de su tratamiento en torno a algunos mandamientos de la Biblia como “no desearas la mujer de tu prójimo”, “no mataras”, y “honrarás padre y madre”, donde algunos de sus personajes no las practican del todo. Consecuencias de la trasgresión, el crimen, pasión y castigo se conjugan en una interesante mirada de vidas de personas colisionando en un entorno árido y desolador. La historia es presentada en forma fragmentada, visión más que respetable y que le ha valido sus créditos a este connotado escritor que se nota la influencia de su ex socio. Sin más, en “21 gramos” de su autoría se le acerca mucho en dramatismo, sin su maestría, pero el ir y vevir de personas al parecer inconexas en torno a un tema central es la clave. La cinta cuenta con la excelente actuación de la sudafricana Charlize Theron, que brilla sobre el resto como una bella gerente de restaurante que soporta un tormentoso pasado al que se tiene que enfrentar cuando la visita un extraño desde México. En la otra vereda esta Kim Basinger una mujer que se ve a escondidas con su amante interpretado por Joaquin de Almeyda, ocultándoselo a su familia. Por otra parte, una niña que vive feliz con su padre y su mejor amigo, hasta que un trágico accidente lo cambia todo. A ello se suman dos adolescentes que luchan por sacar adelante su amor después de la repentina muerte de sus padres. Para no contar toda la historia y asumiendo que vieron la mencionadas cintas escritas por Arriaga, entre estos personajes si hay más de una conexión de tiempo y espacio. En la música no esta vez con el ganador del oscar Gustavo Santaolalla, pero si otro experimentado como Hanz Zimmer (Gladiador) junto con el guitarrista Omar Rodriguez Lopez, que suman con sus notas la justa dosis melancolía y acompañamiento en cada secuencia con una guitarra cargada de partituras que embellecen y conmueven cuando corresponde. Para destacar esta también su factura técnica y una similitud en la dirección nos presentan a un realizador mexicano que complementa desde ahora muy bien sus dos oficios. Su mirada cargada de dramatismo pero nunca quita un grado esperanzador y redentor hacia su final, tal como aquel viejo caza recompensas que camina hacia el horizonte en “Amores perros” enfrentando su nuevo destino.