Altamente recomendable a gente que busque un reto intelectual, más allá de la estulticia de una sonrisa de Julia Roberts que inunde todo un argumento.

★★★★☆ Muy Buena

Canino

Cine de autor en que se nos propone un juego imaginativo. ¿Qué le sucede al ser humano si se le priva de libertad desde su nacimiento? Pero no sólo de libertad, sino de la oportunidad de socializarse, de aprender cosas elementales o, incluso, de poder usar una lengua materna completa, con palabras cuyos significados son verdaderos.

Este sádico experimento sirve de argumento para una brillante producción. Los padres engañan a sus tres hijos. Les hacen creer que allende los muros que se levantan empalizando la lujosa casa, existe un mundo lleno de peligros y mitologías varias, tales como que los gatos son unos monstruos que atacan y matan a los hombres. Además, los pobres vástagos son esclavizados y obligados a realizar toda clase de menesteres humillantes, como por ejemplo arrodillarse y cortar las uñas de los pies al padre. Los castigos corporales a los que son sometidos si incumplen alguna de las extravagantes normas, son realmente espartanos. ¿Paralelismo metafórico de la tiranía o hasta de las políticas sociales modernas, en que se nos trata como borregos y acabamos agachando la cabeza frente a todo lo que los gerifaltes quieren?

El gran error de los tiranos es abrir las fronteras y permitir las regulares visitas, por bien que controladas, de Cristina, una compañera de trabajo del padre, mujer sumisa y hasta cierto punto cómplice del macabro juego. Ella es usada para atemperar los deseos sexuales del único hijo varón. Pero, a su vez, esta especie de prostituida, quedando insatisfecha sexualmente busca el orgasmo por otras vías. Se inventa un comercio sexual con una de las hijas. Yo te regalo una diadema a cambio de que tú me chupes… Lo extraordinario es que merced a estos regalos, poco a poco van penetrando pedacitos del mundo exterior, con lo que la tiranía totalitaria, la gran mentira inventada por los padres, empieza a caerse en pedazos.

Hay disparidad de opiniones sobre cuál es el género del filme. ¿Terror, comedia, drama? Si Flores en el ático era terror, ¿por qué ésta obra no habría también serlo? Especialmente terrorífico es ver como una adolescente se arranca los dientes a golpes porque le han hecho creer desde la infancia una rocambolesca trola.

¿Comedia? Memorable el momento en que la hija recrea fragmentos de las películas Rocky y Tiburón, gracias a sendas cintas de vídeo que le ofrece Cristina a cambio de sexo oral. Impagable la caricatura de Stallone (boca torcida) que borda la mente virgen de la muchacha. Y es en estos escasos, aunque chispeantes momentos, donde encontramos una bien planificada carga humorística.

¿…O bien es un drama? Viendo esta magnífica obra he recordado en numerosas ocasiones el drama Bad Boy Bubby, de Rolf de Heer, cuyo argumento es muy parecido. La gran diferencia es que en Bad Boy, el protagonista lograba escapar de su zulo, y gran parte del filme nos permitía ver cómo el profético personaje se arrojaba gozosamente a la sociedad, aprendiendo a hablar, a llorar, a ser feliz y, en fin, todo aquello que su perversa madre le había ocultado o, mejor dicho, destruido.

Sea el género que sea, indudablemente se trata de una producción indie muy inteligente, bien construida, sin minutos de más ni de menos (a pesar de que, como de costumbre, muchos espectadores impacientes e inexpertos le achaquen lentitud). Y es que no es una película apta para todos los públicos. Hay algunas escenas de gran dureza, amén de que es obvio que se presta a múltiples lecturas y que se le exige al espectador un notable esfuerzo por entrar en el tempo y la dinámica sutil de las mentiras, las charadas y los juegos de palabras. ¿Mamá, qué es un coño? …Es una lámpara grande.

Planos serenos (que no fríos), que evitan perderse en virtuosismos vacuos y buscan que nos concentremos en lo que importa. Estética estoica que va directa al grano, sin molestas florituras que bienj pueden ser valoradas en otros filmes, pero no en este. A quienes tachan a la estética de Lanthimos de ser apática, baste con que recuerden que él no se propone rodar Memorias de África ni nada que se le parezca.

Altamente recomendable a gente que busque un reto intelectual, más allá de la estulticia de una sonrisa de Julia Roberts que ocupe todo un argumento.

 

publicado por Francesc Canals Naylor el 14 julio, 2010

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