Esta nueva versión de las andanzas de Freddy Krueger no es una mala película, es que simplemente no funciona… y se olvida rápidamente una vez la has visto.

★★☆☆☆ Mediocre

Pesadilla en Elm Street: el origen

Va otro. Y ya son muchos los remakes que se empeñan en vender ante la total y absoluta falta de ideas nuevas en la industria de Hollywood. Al menos, esta cinta no viene acompañada del dichoso 3D… Si bien podemos encontrar de vez en cuando obras interesantes como La matanza de Texas y su precuela, Amanecer de los muertos, Reflejos, Las colinas tienen ojos, Halloween, Viernes 13 o la más reciente The Crazies, muchas de las nuevas versiones que podemos ver en la gran pantalla son productos de poco valor cinematográfico (Prom Night, El Padrastro…). Esta nueva versión del clásico de los 80 por excelencia pertenece más bien al segundo grupo.
Pesadilla en Elm Street: El origen, ha echado por tierra todos los logros que tenía el film original de Wes Craven para convertirse en otra peli de Freddy más, previsible, aburrida hasta cierto punto e inferior a cualquiera de las secuelas originales de la saga, siendo incluso peor que la mediocre Nueva Pesadilla.

Este remake no es precisamente una mala película en cuanto a realización y aspectos técnicos, pues la fotografía es bastante buena, proporcionando ese aspecto sucio característico de las producciones de última hornada. También podemos agradecer un montaje dinámico y ágil que proporciona un producto de buena categoría. Su banda sonora no está del todo mal, aunque vuelve a estar encuadrada en la moda actual, como siempre, y gracias a ella podemos disfrutar de breves referencias a la partitura original, que es insuperable.

En lo que a la historia se refiere, es aquí donde vamos a encontrar la mayor parte de defectos que tiene la película, pues los responsables del libreto han tenido la osadía de banalizar la trama principal hasta límites que sobrepasan lo tolerable. Aquí, directamente, Freddy Krueger es presentado como lo que se intuía que era, un pedófilo. A pesar de lo aterrador y desagradable de este planteamiento, se presenta a Freddy como un auténtico mierda, un flojucho al que acorralan y queman hasta el punto de que el espectador llega a sentir lástima por él. Todas las secuencias que cuentan esta parte de la historia están bien elaboradas pero, como he dicho, no producen terror, sino lástima. Y eso no es precisamente lo que deberían transmitir estas imágenes, sino todo lo contrario. Por este motivo, hay que señalar que la interpretación de Jackie Earle Haley no es mala en absoluto, pero no es precisamente la más acertada. El maquillaje no está mal tampoco pero su competidor original, Robert Englund, aportaba un rostro icónico y dificilmente superable. A parte de eso, el relevo no tiene el suficiente carisma como para dejar huella en el espectador como hizo su predecesor.

El guión contiene elementos y referencias de todas las películas de la saga, siendo una especie de pastiche que mantiene el esquema de la película de Craven, pero que carece de todo ese sentido del humor negro y chusco que ilustraba a la perfección a uno de los personajes más cabrones de la historia del cine. No obstante, a pesar de sus numerosos guiños, los guionistas Eric Heisserer y Wesley Strick se han trabajado muy poquito toda la parte referente a los orígenes de Freddy, sin hacer mención alguna a la famosa garra y planteándolo como un alma vengativa en lugar de un ser que se alimenta del miedo colectivo de las personas para seguir en activo. En este sentido era mucho mejor el guión de la apreciable Freddy contra Jason.

Salvo la interpretación de Haley, el resto de jóvenes actores se limitan a cumplir, especialmente Rooney Mara. Del resto de ellos, qué queréis, esperaba unas actuaciones con un poco más de brío. Y es que no hay mucho que impacte en el film, ni siquiera el supuestamente aterrador y espectacular comienzo, algo a lo que contribuyen estas flojitas interpretaciones. Todos los personajes son meros reciclados de la original Pesadilla.

Por otro lado, las muertes no son para nada vistosas, sino que están bastante mal elaboradas, aunque en parte esto se debe a que todas ellas beben de la película original de 1984 y poco tienen que ofrecer de nuevo al aficionado. Lo que sí me ha convencido plenamente es la presentación de cada personaje, con su muerte consecutiva. Es un esquema que se repite durante la mayor parte del film, dando la sensación de una estructuración a modo de episodios.

¿Qué se puede deducir de esto último? Que la dirección de Samuel Bayer, formado en la realización de videoclips, no es mala, pero insuficiente como para transmitir algo de fuerza al conjunto más allá de lo meramente visual y estético.

En resumidas cuentas, Pesadilla en Elm Street: El origen no me ha gustado por todos los puntos expuestos anteriormente. No transmite miedo, ni tensión, ni provoca carcajada histérica como las clásicas, es algo aburrida y sumamente banal, y en ella se nota claramente a quién va dirigida. Es una cinta pensada para captar al nuevo público, a ese que no sabe que para revisar un título mítico o simplemente clásico basta con ir a buscar su edición en DVD e introducirlo en el reproductor de su salón…

No es que se trate de una mala película, es que simplemente no funciona… y se olvida rápidamente tras su visionado.

Un 5 muy, pero que muy raspado.
Lo mejor: Su acabado, su fotografía y poco más.
Lo peor: Que no funciona.
publicado por Pablo Rodríguez el 10 julio, 2010

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