Cold Prey
En ocasiones, el subgénero slasher nos da alguna que otra sorpresa, y Cold Prey es precisamente uno de esos casos. Procedente de Noruega, este intenso film de terror nos propone una historia ya vista en más de una ocasión: Un grupo de cinco amigos se dirigen a Jotunheimen, Noruega, un impresionante paraje nevado, para practicar snowboard. Al poco tiempo de comenzar su descenso, uno de ellos sufre un accidente y se rompe una pierna. Al caer la noche, y ante el frío y la falta de cobertura para sus móviles, deciden entrar en un pequeño refugio para esquiadores que hay en las cercanías. Desgraciadamente, y ante el aspecto aparentemente acogedor del lugar, descubrirán que no está solos cuando, uno a uno, empiecen a morir a manos de un habitante armado con un hacha…Fácil es ver que la historia es de sobra conocida por el aficionado, y recuera a infinidad de productos clónicos que siguen viendo la luz día tras día. A pesar de ser un subgénero tan sumamente limitado que se agotó al poquito de nacer, Cold Prey se eleva por encima de cualquier sucedáneo de cartacterísticas argumentales similares por la única razón de que está muy bien hecha. Es una cinta de terror con jovenzuelos escabechables que se puede ver sin ningún tipo de problema porque, pese a contar con los típicos elementos de este tipo de historias, se aleja de ese cochambroso y repulsivo estilo MTV que embebe a otros films recientes, tales como la lamentable Prom Night o el remake de El Padrastro.
Entre las diferentes virtudes de Cold Prey hay que centrarse en una en particular: su guión. Éste está ejecutado de manera milimétrica, no encierra idas y venidas carentes de interés, algo bastante común ante el posible vacío de la historia. Aquí no ocurre así, sino que va al grano y cuenta la historia de una manera convincente, sin tampoco dar lugar a escenas ridículas ni del todo inverosímiles. Porque, vamos a ser sinceros, los slashers ya son absurdos de por sí.
Las interpretaciones son bastante correctas, quizás alguno de los actores sobreactúa en más de una ocasión, pero en líneas generales, todos ellos cumplen con suficiencia. A nivel técnico, la película es francamente buena, tanto en montaje como en fotografía o en una banda sonora angustiosa y muy acorde con la atmósfera que nos transmiten.
Cold Prey es una película de miedo que da miedo en más de un momento, está cargada de situaciones angustiosas y mantiene al espectador pegado al asiento de principio a fin. Es predecible, es tópica pero, a parte de estar perfectamente rodada, cuenta una historia con interés, sin tomar por imbécil al espectador y sin ir dirigida específicamente a ese espectador adolescente que puebla las salas de cine hoy día.
Por supuesto, en España salió directamente en vídeo, y con la lamentable coletilla de Fanáticos del Snow… Ver para creer.
Cold Prey ha contado, hasta el momento, con una secuela, Cold Prey 2, y el estreno de una tercera entrega a modo de precuela es inminente. A esta primera parte, un 8.
Lo mejor: Es una película de terror que produce miedo en muchos momentos, está muy bien realizada y cuenta una historia de lo más trillada de la manera más convincente posible. Y no nos olvidemos ni de sus espectaculares y bellísimos escenarios nevados ni mucho menos de su impecable fotografía.
Lo peor: Que nos la sabemos.