Una de las entregas más flojas y menos entretenidas de la saga, que muestra potencial en la idea base de la que parte, pero con un desarrollo cada vez más dado a la autoparodia que a aquello que hace interesante a Freddy

★★☆☆☆ Mediocre

Pesadilla en Elm Street 5

Tras el ligero pero evidente bajón de calidad de la entrega anterior, Pesadilla en Elm Street 5 (1989) añade su contundente aporte a la destrucción del personaje de Freddy Krueger. Esta quinta parte, subtitulada The Dream Child, es a todas luces una de las peores y más flojas entregas de la saga, enviando al garete gran parte del legado de Wes Craven y dándonos una película que, con todo y sus minoritarios aciertos, resulta considerablemente más pobre y menos entretenida que las anteriores.

Destaquemos primero lo bueno: esta quinta entrega da a la saga una estética gótica que, aunque diferente a lo que habíamos presenciado antes, funciona dentro de la mitología del personaje. Asimismo, tanto los guionistas como el director Stephen Hopkins (otro de esos archi-conocidos mercenarios de los ochenta y noventas) dosifican la exposición de Freddy y, hasta cierto punto, vuelven a hacer de él una figura oculta en el trasfondo de la historia, sin dar lugar a esas largas conversaciones que mantenía con la chica final de la cuarta película.

Precisamente esta joven, Alice, regresa en esta ocasión como protagonista, teñida de rubia y misteriosamente despojada de los poderes que había desarrollado en su anterior encuentro con Freddy. En cuanto al regreso de este, una vez más los guionistas han decidido no romperse mucho el coco, y esta vez nuestro hombre del saco favorito planea regresar al mundo de los vivos utilizando como vehículo el futuro niño que lleva dentro de sí la protagonista (aunque nunca queda claro si desea reencarnar en él o convertirlo en su primer "discípulo"). La premisa hasta cierto punto resulta interesante, y sobre todo con un enorme potencial para devolver la saga a sus facetas más oscuras, pero todo eso se queda en un producto final bastante desabrido que para colmo tiene el body count más bajo de toda la saga. Visualmente las muertes siguen siendo curiosas, pero su desarrollo tiende mucho más hacia la comedia que hacia el terror, a veces hasta puntos realmente sonrojantes en su afán de referenciar cultura popular contemporánea (el inicio del ataque a un talentoso artista de cómics remite inevitablemente al vídeo de Take On Me) que empeoran con los cansinos one liners y disfraces de Robert Englund. Si era cierto que la saga ya cojeaba desde antes, esta película fue la que terminó de lisiarla por completo.

Pesadilla en Elm Street 5 también incluye una mirada un poco más prolongada en la historia previa de Freddy Krueger, con la inclusión de un personaje que ya era sugerido en la tercera entrega, pero que no aporta nada nuevo aparte de visualizar algo que ya se nos había narrado en dicha película. La sensación que transmite es que dicha línea argumental únicamente fue incluída para que los guionistas tuvieran una forma de matar a Freddy al final. Para colmo, la película cae en una de las trampas más letales del cine de terror: incluir la típica trama del "niño en peligro" (aunque en esta ocasión hablemos de un niño aún no nacido), con un joven actor que resulta más lamentable en cada escena en la que hace acto de presencia.

Esta quinta entrega fue escrita, producida y estrenada en menos de un año desde la anterior, tras pasar por varias reescrituras de guión y ser rodada en un tiempo record. La labor de Stephen Hopkins en ese sentido es encomiable, pero las muestras de pereza argumental que hay por doquier en la historia terminan minando incluso su trabajo, aparte de que las jóvenes víctimas de Freddy no son en esta ocasión tan simpáticas como en las cintas predecesoras. Esta entrega de Pesadilla puede ser pasada por alto sin ningún temor a perderse nada.

publicado por Hombre Lobo el 6 junio, 2010

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