2012
Tras el patinazo que supuso 10000, Roland Emmerich insiste con otro título numérico: 2012, y esta vez con mejores resultados. En Independence day fue la invasión alienígena, en El día de mañana una nueva glaciación, y ahora una desestabilización de la corteza terrestre, coincidiendo con las predicciones apocalípticas del calendario Maya, sirve de excusa para que el director germano nos muestre una vez más como nuestro mundo se va a pique.Por un lado se puede decir que estamos ante una película más de catástrofes por una serie de tópicos en situaciones y diálogos que son una constante del género desde los años 70. Si algo lleva funcionando 30 años, para qué cambiarlo, ¿no? Por otra parte la galería de personajes es un tanto curiosa: un escritor sin éxito y divorciado que trata de recuperar el cariño de sus hijos y se gana la vida como chófer de limousines, en la piel del siempre interesante John Cusack, un locutor de radio visionario y pasado de vueltas, papel que le sienta como un guante a Woody Harrelson, que sabe más que nadie pero nadie le hace caso, y un boxeador ruso multimillonario con dos hijos gemelos, gordos, feos y repelentes. Además están otros que ya son imprescindibles en estos entuertos como el científico idealista que descubre el problema, al que da vida con convicción el actor Chiwetel Ejiofor y, por supuesto, no podía faltar el presidente de los Estados Unidos lleno de buenas intenciones, encarnado por Danny Glover, el compañero de fatigas de Mel Gibson en la saga Arma letal (Lethal weapon). Entre las actrices cabe destacar a Amanda Peet, compañera de Bruce Willis en Falsas apariencias , en el rol de la ex-mujer del escritor fracasado que ha rehecho su vida con un cirujano plástico, y a Thandie Newton, la chica espía de la acrobática Mission: Imposible 2, como la hija del presidente.
Aparte de esta mezcla de tópicos y ciertos retazos originales, la película cumple su función con creces; nos muestra el gran cataclismo mundial con una potencia visual impresionante y un ritmo narrativo que no decae. Los efectos especiales son increíbles, especialmente la huída de Los Angeles, primero en coche y luego en avión. Sólo por disfrutar de las imágenes de destrucción masiva en pantalla grande, ya vale la pena pagar la entrada. Además dura 158 minutos y mantiene el interés, lo cual no es fácil en una película que no ofrece sorpresas de guión. Espectacular entretenimiento de hecatombe mundial con las consiguientes reflexiones de fondo sobre la vida, la supervivencia y las reacciones humanas en situaciones límite.
Lo mejor: Los efectos especiales y algunos personajes poco habituales.
Lo peor: Que en el desenlace acabe cayendo en todos los tópicos del género.