Oldboy
Películas que nos gustan hay muchas. Muchísimas me atrevería a decir. Pero hablar de películas preferidas es ya un coto mucho más cerrado. Aquellas que por mucho que pasen los años, se mantienen frescas en tu memoria y nunca te cansas de ver…yo no sé si "Old Boy" será mi preferida, pero que está entre mis 3 favoritas, eso seguro.
El cine oriental siempre nos ha dejado (y sigue dejando) autenticas joyas, diamantes en bruto que se encargan de estropear años más tarde los americanos con sus remakes ("My sassy girl", "The ring", etc.). O, en algún caso esporádico, aprovechar la calidad de las cintas para, sin variar casi nada de la original, recibir reconocimientos ("Infernal Affairs"-"Infiltrados"). Y este "Old Boy" parecía ir por el mismo camino, con Spielberg de director y Will Smith de protagonista, aunque parece que ahora mismo está parada la propuesta. Pero antes de irme más por las ramas, centrémonos en la peli. Oh Dae-su (Choi Min-Sik) es un padre de familia, parlanchín y borracho, que se encuentra en comisaría por algún altercado aislado. Lo recogen allí, y al salir a la calle, desaparece. Al despertar, está encerrado en una habitación. No sabe por qué, no sabe quién, ni sabe cuánto estará…hasta 15 años allí encerrado, en los cuales debera luchar contra sí mismo para no caer en la más angustiosa locura. Pero de buenas a primeras, es liberado. Y Oh Dae-su no descansará hasta encontrar al responsable de su encierro, con unas ansias de venganza incontrolables, pero con un ansia aún mayor…por qué? El comienzo de la película ya es una incognita, porque nosotros sabemos lo mismo que Oh Dae-su…nada. Sufrimos su encierro y soportamos su locura. Y cuando, de repente es liberado, nos asaltan las mismas dudas, que muy sutilmente se nos irán descubriendo a lo largo de la película. Nuestro compañero de fatigas se encontrará enredado en una gran tela de araña, se le irán presentando pistas, oportunidades de venganza, grandes dilemas…su sed de venganza es atroz, pero más atroz es la duda que le asalta, necesita saber, el sufrimiento de estos 15 años requiere una respuesta que deberá encontrar para poder comprender el por qué. Con la ayuda de la joven Mi-do, se enfrentará a los juegos psicológicos de unos de los mejores villanos que he tenido el placer de disfrutar, Lee Woo-jin (Woo Ji-tae), cuya sonrisa no podremos olvidar, y cuya inteligencia está por encima de cualquier mortal. Un guión hilado a la perfección, cuidado hasta el último detalle. Una trama que avanza lenta pero segura, que te va atrapando en la duda, y que se resuelve de una manera apoteósica, con uno de los finales más brutales que he visto…un gancho de derecha que te deja en estado de shock durante unos minutos. Unas interpretaciones magistrales, el sufrimiento de Oh Dae-su, la inocencia de Mi-do, el sarcasmo y maldad de Lee Woo-jin… Una mezcla de suspense, amor y violencia comprimida en 120 minutos de puro cine. Una obra de arte.
Además, técnicamente, encontrar un fallo en esta película es complicado. Ha sido cuidada hasta el más mínimo detalle. Para empezar, su estética es envidiable. Fotograma a fotograma, es perfecta. El espectáculo visual que se nos ofrece es impresionante (por ejemplo, la secuencia de la pelea, sin cortes, sin cambios de plano, sólo travelling y mucha crudeza), al igual que la película en si…y una banda sonora deliciosa, muy acorde siempre con lo que se nos muestra. Nunca pensé que el "Winter" de Vivaldi pudiera ser tan salvaje…además de ser el preludio de una visita al dentista.
En definitiva, el director Park Chan-wook nos deleita con un auténtico peliculón, incluido en su trilogia sobre la venganza (Sympathy for Mr. Vengeance, Old Boy y Sympathy for Lady Vengeance, la cual también tiene su remake planeado, con Charlize Theron de protagonista), y que ha sido premiada en festivales como Sitges o Cannes, una película de obligado visionado y, por favor, que sea antes del dichoso remake.
"Sea un grano de arena o una piedra, en el agua se hunden igual". Una obra maestra.
10/10