“Iron Man 2” representa el sueño americano. Además, adora el armamento y no es para nada un ejemplo a seguir. Esta segunda parte divierte con su notable acción y generoso humor pero la hace liviana y olvidable.
Iron man 2
Las cintas con héroes y villanos siempre funcionan al menos para ojo menos crítico. Basta nombrar unas entretenidas historias, buenos efectos y un par de rostros reconocibles para que se conforme una formula infalible que garantice la taquilla como “Daredevil”, Hulk, etc. En un film de Quentin Tarantino “Kill Bill 2” David Carradine (Kun Fu)comenta a su contraparte femenina algo muy cierto acerca de los héroes del comic, “Superman es el único que nació siendo un superhéroe”, los otros se han hecho así mismos en el camino debido a diferentes circunstancias. ¿Por que hago este paralelo?, sencillamente nada más contrario y honorable es este hombre de acero, que vendedor de armas y empresario que lucra con ello y que se jacta en todo momento de su fama como estrella de rock. Se imaginan a Batman(Bruce Wayne) o a superman(Clark Kane) bebiendo alcohol hasta emborrachar, acosando a las mujeres y orinándose encima de su traje, al menos Iron Man, si lo hace. Este personaje nacido en 1963 es la oveja descarriada de Marvel donde no tiene empacho en presentarse como un ser superior que quiere privatizar la paz mundial, según dice. La nueva trama de Iron Man tiene relación con la venganza de un ruso cuyo padre trabajo para el papá de Tony Stark (Iron man) y que murió confinado entonces, es físico también y tratará de crear un arma que muestre vulnerable al superhéroe. Por otra parte, EE.UU. quiere convertir a su armadura en un arma y masificarla entre las fuerzas armadas. Tony Stark no se dejó caer su invención en las manos equivocadas pesar de los ataques sufridos anteriormente. Entonces deberá luchar en varios frentes para reinvindicarse frente a la sociedad a raiz de sus excesos, salvar nuevamente a su país y vulnerar al poderosa contraparte rusa que nos recuerda en parte a la guerra fría. Mención aparte para Scarlett Johansson, Sam Rockwell, y sobre todo a Mickey Rourke, este último como el villano Whiplash que le dan al menos un peso actoral más acorde. Lo concreto se ha escuchado mucho que las segundas partes nunca fueron buenas, lamentablemente esta le hace honor a la generalidad. Existen demasiadas acrobacias, subtramas y villanos que confunden a los no seguidores. En si la película no defraudará a quienes desean disfrutar de un panorama agradable a la vista. En tanto para los amantes del considerado noveno arte, el comic, a lo mejor resultarán un poco más satisfechos con los diseños y pirotecnia vertida a raudales.