Se introduce en la mente de un alcohólico que no puede escapar de su enfermedad.

★★★☆☆ Buena

Días sin huella

Me gusta mucho el principio en el que Ray Milland esconde una botella de whisky colgada de una cuerda en la ventana de su fachada, así como me gusta cómo el guión se introduce en la mente de un alcohólico que no puede escapar de su enfermedad. Escenas cómo cuando busca en su casa dónde ha escondido una botella o sus reflexiones en el bar sobre los circulos húmedos que dejan los vasos en la barra, me quedaron grabadas en mi primer visionado.

No creo que sea tan redonda cómo otras películas de Billy Wilder y tengo ganas de compararla con otra pelí que también trata el alcoholismo y que vi hace tiempo: Días de vino y rosas.
publicado por Xalons el 11 mayo, 2010

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