Alicia en el país de las maravillas
Es curioso como ciertas películas tienen la expectativa de ser Obras Maestras por el mero hecho de quién será su director, unido a la naturaleza misma de la Obra en sí.
Es el caso de ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS, dirigida por Tim burton.
Todos esperábamos ver plasmado en pantalla grande, y 3D, la adaptación del cuento de Lewis Carroll por el director gótico por definición; todos queríamos ver como esas dos imaginerías se mezclaban y daban como resultado una película que debía nacer como de "culto". Una cinta que debía nacer casi como clásico.
El caso ha sido muy diferente. Y la versión de Tim Burton de las historias de Alicia, es una decepción de lo más grande. Y no solo una decepción porque no cumpla las expectativas, si no porque la película es una verdadera bazofia la mires por donde la mires.
Las historias de Lewis Carroll sobre la famosísima niñita, tanto Alicia en el País de las Maravillas como A Través del Espejo, son de las más adaptadas de la historia del cine, televisión o animación, como es el caso de la más famosa de todas. Lo cual carga a cualquier nueva versión de un bagaje al que no se puede no hacer caso. Al menos desde un punto de vista histórico-cinematográfico. Tim Burton trata de hacer la versión más personal, a su parecer, de las dos historias. Y lleva la historia a un nivel muy diferente del que ya habíamos visto, en lo que se refiere a su punto de vista narrativo. Algo que, irónicamente visto el pésimo resultado de la cinta, es algo muy acertado.
La encargada de adaptar la historia ha sido Linda Woolverton. Que es la responsable de los libretos de MULAN o la maravillosa EL REY LEÓN. Por tanto uno, cuando se entera de esto hace tiempo, se imagina que el guión va a ser, cuanto menos, interesante y correcto.
Pero no, porque el principal fallo de ésta ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS es su nefasto guión. Completamente desestructurado y descompensado. Absurdo. Sin fuerza ni ningún tipo de impulso.
Uno nunca puede saber de que va realmente la historia. Ya que, en un principio, Alicia va al País de las Maravillas porque sus habitantes necesitan que sea ella quien derroca a la malvada Reina Roja. Pero esa historia queda eclipsada por un montón de subtramas a cada cual más absurda y molesta. Innecesaria y completamente metida a la fuerza, para tratar de dar ritmo a una historia que carece de él.
Los personajes son ridículos e irritantes. Todos resultan ser secundarios cómicos que hacen que Jar Jar Binks parezca el mejor cómico de la historia.
El guión trata inútilmente de cargar sobre los personajes cierto "arco" para hacer que resulten más reales, pero dentro de un entorno tan ridículo, y con unas historias tan absurdas, toda esa intención se cae por los suelos, solo consiguiendo que la película se haga excesivamente larga; y que lo único que uno desee sea que la Reina Roja "les corte la cabeza a todos".
El personaje de el Sombrero Loco, del que se hablaba hace meses que se convertiría en alguien tan icónico como el Joker o como Eduardo Manostijeras, es un imbécil y no un loco. No provoca ningún interés y en ningún momento resulta atractivo. Solo ridículo. Estúpido. Es una especie de payaso más deprimente que los payasos de las comuniones de los pueblos. Por mucho que sea Johnny Depp sea quien lo interpreta. Ya están un poco pesados Burton y él juntos.
Todo el entorno, el mundo que se debía crear para que los personajes se moviesen, era uno de los elementos que debía ser impresionante. Tanto por el 3D como por el hecho de que iba a ser Tim Burton el arquitecto de un mundo como ese, con el referente del cuento original. Era como la combinación perfecta. Oh si!!!
Pero igualmente resulta ridículo. Aburrido y repetitivo. Nada atractivo, y absolutamente infantiloide.
Para que luego se metan con AVATAR que, pese a quien pese, ha cambiado la manera de concebir el cine, y sigue siendo una de las mejores películas del año pasado.
Tim Burton dijo, "con la moda del 3D no van a parar de hacerse películas malísimas aprovechando el tirón"… fíjate, al final va a tener razón.
SIGUI GROSS (TYLER)