Alicia en el país de las maravillas
HTML clipboard Tim Burton vuelve después de su ‘Sweeney Tood’ y nos presenta su particular versión del cuento de Lewis Carrol ‘Alicia en el País de las Maravillas’. Lo que en un principio se presentaba como una combinación perfecta, (Burton + el surrealista del cuento) se convierte en una película a medio gas y que no da lo que uno espera.
Para empezar tengo que avisar, al menos para los que no lo sepan, que quien quiera ver en la pantalla la historia original de ‘Alicia en el País de las Maravillas’ se quedará con las ganas. Nos encontramos ante una “segunda parte” de lo que vimos en la clásica película de Disney.
Muchos no lo sabrán pero el escritor no solo escribió ‘Alicia en el País de las Maravillas’, si no que seis años después de éste escribiría ‘A través del espejo y lo que Alicia encontró allí’; una secuela del primer cuento que pasa 10 años después de lo de la primera parte. Es en esa secuela es donde vemos más semejanzas con la película de Burton. Obviamente en la película los personajes y muchas situaciones que vemos coinciden con lo visto en la película de Disney, pero no nos engañemos, todo encaja perfectamente para decir que Alicia ha vuelto a ese mundo, y el que sea más fuente de inspiración el segundo cuento. Así que tenemos una especie de “Alicia en el País de las Maravillas 2: Vuelve la rubia de ojos azules”. xD
El apartado visual y todo el mundo creado por Burton es espectacular. Los personajes, los paisajes o decorados te crean un ambientación perfecta para lo que nos quieren contar, y aún queda más enfatizada con la ayuda de la banda sonora del compositor Danny Elfman, que nos sumerge completamente en ese mundo. Con un colorido no muy excesivo (recordad que es Burton), se nos presenta un País de las Maravillas mucho menos surrealista que la versión de Disney. Sé que comparo mucho con la versión de dibujos animados, pero es que la pude ver antes de ir a ver la de Burton y tengo que decir que me gustó mucho el alto nivel de surrealismo que hay en la cinta de 1954.
El 3D de la película está bastante conseguido, sobretodo en los planos generales y en los puntos de vista subjetivos (que pensaba que habrían más), pero tampoco es necesario verla en 3D. Eso no significa que sea vea mal, sino que la película no le saca demasiado jugo y así uno se puede ahorrar esos 2 o 3 euros de la entrada. Pensad que para la película se han utilizado técnicas de conversión 2D a 3D para la imagen real y el 3D puro y duro para la imagen en CGI.
De los actores elegidos por Burton y de sus actuaciones en la película destaco a dos: a Helena Bonham Carter, como la malvada Reina de Corazones, y Stephen Fry poniendo el doblaje en la versión original al gato Cheshire (que me encanta!). Los demás personajes está correctos: Johhy Depp como El Sombrero Loco lo hace realmente bien y tiene un par de momentos graciosos donde lo borda; el papel que tiene Crispin Glover como La Jota de Corazones está también muy bien, aunque hay un par de momentos que por culpa de unos FXs un poco cutres parece que estemos viendo a un muñeco de stop-motion, y Anne Hathaway saldrá muy guapa y todo lo que tu quieras, pero yo la he encontrado un poco sobreactuada.
Para acabar toca hablar de la protagonista: la australiana Mia Wasikowska, que simplemente voy a decir que no me ha gustado para el papel de Alicia. Ojo, por el físico si, pero como actriz no me convence nada. La veo plana, sin pasión, sin sentimientos y como si en lugar de estar en una película estuviera haciendo la compra en un supermercado.
El ritmo de la cinta no está muy bien cuidado y hay momentos en que o te aburres y empiezas a pensar en otras cosas, o bien te quedas embobado viendo la secuencia de acción. Y eso que dura unas dos horas, pero la cinta tiene esos altos y bajos que pueden irritar a más de uno. Además entre acto y acto nos meten con calzador secuencias emotivas para entender el pasado de los personajes, un pasado que es innecesario. ¿Para que narices le ponen al Sombrero Loco un pasado megadramático?. Simplemente nos gusta que esté chalado y punto, sin que tengamos que saber la causa y sin que se tenga que redimir, vengar, ni nada por el estilo. Pero bueno, lo entiendo, porque así al cinta es más ‘completa’.
Los paralelismos entre el mundo de el País de las Maravillas con la vida ‘moderna’ en la que vive Alicia y sus allegados, hacen que el desenlace sea, aparte de predecible, bastante moralista y nos deje una buena conclusión, como hacen los mejores cuentos: Uno debe enfrentarse a sus responsabilidades y ser capaz de decidir hacer lo que uno quiera, sin tener de cargar con las expectativas de los demás.