Sin más, un simpático producto entretenido hasta la médula que, si bien no puede tomarse en serio en ningún momento debido a sus numerosos “”elementos del absurdo””, sí termina por resultar perfectamente disfrutable. Y oye, que me ha gustado.

★★★☆☆ Buena

Supergirl

Antes de nada aclararé que soy perfectamente consciente del material al que me enfrento al elaborar la crítica de algo como Supergirl, pero me intentaré justificar de la mejor manera posible.


Este spin-off de Superman fue dirigido por Jeannot Szwarc (Tiburón 2) y se estrenó en 1984, tres años antes de la nefasta Superman IV: En busca de la paz, y hay que reconocer que, pese a todas sus limitaciones, es muy superior a aquella y, si me apuran, incluso a Superman III.



La película presenta bastantes carencias, muchas de ellas debidas a que se apoya en un guión que, además de tener excesivas lagunas argumentales, se antoja demasiado artificial. Todo lo que ocurre durante los primeros minutos para ponernos en situación sucede demasiado rápido, y está muy cogido por los pelos, llegando incluso al absurdo (y entended lo que quiero decir). Al menos la historia que nos cuentan, dentro de su encantadora ingenuidad, es divertida y bastante más potable que el vacío cuarto episodio de Superman. Dicha historia no deja de ser el clásico enfrentamiento Bien Vs. Mal, en la que los malos (malas, en este caso) son terribles y los buenos son la bondad más absoluta. Después están los esperables desvaríos de ansias de control del mundo, sin ninguna razón convincente sino únicamente porque sí, además de unas cuantas ideas argumentales y visuales muy logradas.



Si uno se deja llevar, la película, pese a las dos señoras horas de duración, se hace muy entretenida, y la verdad es que el acabado es de lo más aceptable, ya que los FX son competentes, y están muy al nivel de las anteriores entregas del primo de Supergirl. Cierto es que, al igual que sucedía con las películas del Hombre de Acero, los momentos cómicos hacen creer que nadie se está tomando en serio la historia y que todo se vuelve un cachondeo. Así podemos ver algún que otro momento bastante sonrojante que, sin embargo, se olvida cuando Supergirl protagoniza las más que resultonas secuencias de acción.



Desde el punto de vista interpretativo, Supergirl no es que sea para tirar cohetes, pero se agradece la presencia de Faye Dunaway interpretando a Selena, la hipercasposa villana. Sin embargo, no es que su presencia en la trama esté justificada, y da la sensación de estar metida con calzador. Lo que no podemos negar al film es que la guapísima Helen Slater pase desapercibida poniéndose el trajecito azul. Quienes, por el contrario, pasan del todo desapercibidos son Simon Ward y Mia Farrow (Zor-El y Alura, respectivamente) y Peter O´Toole en la piel de Zaltar, un personaje tan rarito como desperdiciado.



Sin más, un simpático producto entretenido hasta la médula que, si bien no puede tomarse en serio en ningún momento debido a sus numerosos "elementos del absurdo", sí termina por resultar perfectamente disfrutable. Y oye, que me ha gustado.



Un 6.
Lo mejor: Lo divertida y entretenida que es.
Lo peor: No se la puede tomar en serio, desgraciadamente...
publicado por Pablo Rodríguez el 24 febrero, 2010

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