La carretera (the road)
THE ROAD es una adaptación excesivamente fiel a su libro original en lo que se refiere a su trama. Lo que hace que, en algunos momentos, la historia se haga repetitiva y lenta. Sin impulso.
En la novela del Genio Cormac McCarthy el ritmo lo marca el lector, como en cualquier libro, lo cual hace que la trama tome un sentido muy diferente, perfecto para el soporte literario, en el cual la desazón vaga y la lentitud son parte de lo mejor que tiene. La novela consigue transmitir al lector el absoluto sin sentido del enorme camino que estos dos personajes realizan, en el cual lo único que hacen, a nivel físico (el más importante en lo que al cine se refiere) es andar y andar.
El contexto de la historia está perfectamente retratado. Ese mundo gris y vacío, muerto. Abandonado y putrefacto. Todo eso está perfectamente trasladado. Esa Tierra ya abandonada y parada para siempre. Ese contexto totalmente estático puede llegar a ser muy cinematográfico y atractivo desde el punto de vista del espectador. Pero no se explota como debería. Sencillamente no se aprovecha, ya que la historia que se cuanta es muy poco cinematográfica.
THE ROAD tenía la virtud en lo que a su posible adaptación cinematográfica se refería, que es una novela bastante corta. Y que la historia está enmarcada, temporalmente hablando, por dos puntos muy específicos. Dos personajes, un padre y su hijo, emprenden un viaje hacia el sur de Estados Unidos a pie, en un mundo lleno de peligros, hasta conseguir llegar a la costa. Ese es el marco. Y podría haber sido muy bien explotado, pero Hilcoat es demasiado fiel a una novela que continuamente está parada y pude resultar lenta desde el punto de vista visual.
Así y todo, THE ROAD aprovecha algunos de los mejores momentos del original y los convierte en secuencias maravillosamente llevadas y tensas. Por ejemplo la magnífica secuencia en la casa donde un grupo de caníbales tiene gente metida, medio comida, en un sótano. El momento está perfectamente escrito de manera cinematográfica, jugando con la anticipación que suponen algunos elementos del exterior de la casa, o el uso de los ruidos o la luz. Impresionante y un gran regalo al espectador.
McCarthy comenta que The Road es una historia sobre la bondad humana, y que es un contrapunto a su otra magnífica novela y que también recomiendo, Meridiano de Sangre, que dice que es una historia sobre la maldad humana. Pues la película trata de seguir ese sendero dramático, cayendo continuamente en momentos que resultan harto lentos y aburridos. El conflicto presente de un padre que ve que no es capaz de defender el último reducto de bondad de la tierra, que es su hijo. Ésto puede ser muy profundo e interesante a un nivel moral, pero la gente no va a pararse a pensarlo en una sala de cine a la que han entrado por una alta suma de dinero. Entonces, y aunque suene a tópico, habrían de haber cargado la historia de más momentos como los del sótano. Momentos de una tensión alta y urgente, para hacer que las partes en las cuales el padre y su hijo andan o hablan sobre lo chunga que es la vida o los buenos que son, no se hagan tan largas y aburridas. Porque eso en un cine no funciona tan bien, o de la misma manera, que en un libro, que es una experiencia absolutamente individual.
De todas formas la película no es excesivamente larga. Y si le pillas el tono y no vas a verla muy tarde, a lo mejor no te aburres tanto.
La fotografía de nuestro paisano Aguirresarobe es una maravilla. Y las localizaciones y el ambiente es brutal. De los mejores vistos es este tipo de pelis "post-apocalípticas" tan de moda entre la peña.
Los actores están magníficos. Tanto Mortesen como el chaval que hace de su hijo, están enormes en unos papeles que, recordemos, sostienen toda la película.
Los secundarios de lujo son eso, de puro lujo. Guy Pearce aparece del mismo modo que en EN TIERRA HSTIL (es decir, un ratito) y Dennis Hopper consigue uno de los papeles más interesantes de la película solo con una escena o dos en pantalla. Irreconocible por cierto.
THE ROAD no hace justicia a una novela que en su soporte original funciona a la perfección. Siendo uno de los libros más desgarradores, brutales y macabros que he leído en mi vida. Pero que, para su película, deberían haberse replanteado las cosas y hacer una película alejada de tanta filosofía y moral, y acercarla al terror físico y brutal de una situación extrema como la que se muestra. Llevarlo al límite terrorífico más macabro que se les pudiese ocurrir, para crear una catarsis en el espectador, y que esa teoría filosófica que se preocupan tanto en que quede clara, sea algo que el público deduzca después de el viaje bestial que se le debería haber mostrado.
SIGUI GROSS (TYLER)