Clerks
Si en el cine que se estrena actualmente en salas poco encontramos que pueda hacernos reflexionar sobre la vida o vernos a nosotros mismos reflejados en la pantalla, tenemos que recurrir a otras cintas y a otros cineastas, y por ello tenemos a un grande como Kevin Smith. Si bien en su último trabajo, Zack and Miri Make a Porno, se vendió al cine romántico más pedorrillo, hay un buen puñado de sus obras que encierran unos valores constantes realmente hermosos de contemplar.Sin embargo, ahí están películas tan magníficas como Mallrats, Persiguiendo a Amy o la que aquí trato, Clerks, es una auténtica joya del séptimo arte rodada con cuatro duros en blanco y negro, y encierra más cine en sus entrañas que cualquier otra comedia que se estrene hoy día. En esta obra de culto conocemos a Dante y Randal, dos jóvenes cajeros de New Jersey. Uno de ellos, Dante, se ve obligado a quedarse trabajando en el supermercado en su día libre debido a la ausencia de su jefe. Y es esa sencilla premisa la que le permite a Smith narrar en clave de humor la vida, amores y excentricidades de los dos protagonistas. Por tanto, Clerks trata de la vida, simplemente, así como de todas las motivaciones, traumas y esperanzas que en ella se tienen. El film logra conectar tanto con el espectador no sólo gracias a unas situaciones cotidianas que tarde o temprano todos vivimos, sino a unos diálogos espléndidos cargados de ingenio, incorreción política que, en verdad, sueltan verdades como puños.
La fuerza de Clerks radica en que su capacidad de plasmar a toda una generación con unas altísimas cotas de humor. El chiste fácil aquí ocupa un hueco bastante amplio, pero no de cualquier manera, sino integrado a la perfección en una historia dinámica, ágil, cargada de ritmo y situaciones groseras y escatológicas. Y no todo acaba aquí, qué va, porque a lo largo de la película nuestros protagonistas y toda la tropa de rocambolescos personajes que vienen y van de la tienda, son partícipes de diálogos cargados de cultura freak. Las referencias a Star Wars son constantes y, de hecho y sin reventar nada a ningún posible espectador, hay un momento clave que se antoja como lo mejor de la película, una conversación entre Randal y Dante en la que debaten sobre qué es mejor, el Imperio o el Retorno… Tronchante en verdad.
En la película hay constantes momentos de reflexión, ya que Dante se muestra totalmente indeciso ante qué hacer con su vida, no sabe si seguir con sus estudios o continuar trabajando en la tienda. Randal es diferente, está acomodado y es perfectamente consciente de su situación en la vida, porque sabe que no hay más. Son dos posiciones contrarias en las que más de un espectador se verá reflejado. Por esta razón, a pesar de su tono cómico, Clerks también es amarga en ese sentido.
Si aquí no había presupuesto suficiente como para lograr un montaje algo más decente, una iluminación mejor o una fotografía con menos roña, poco puede importar, pues Clerks se ve beneficiada por esa apariencia casposa e independiente que la caracteriza.
En definitiva, es una obra de imprescindible visión para el aficionado al cine y casi la mejor película de Kevin Smith, junto con la segunda parte de este mismo título, la sobresaliente Clerks 2.
Un 9.
Lo mejor: Que concecte tantísimo con el espectador.
Lo peor: Nada.