El lado oscuro del corazÓn
Entre los destacados hechos del año 2009 sobresale la noticia del fallecimiento de uno de los mejores escritores hispanoamericanos contemporáneos: Mario Benedetti.El poeta uruguayo siempre estuvo muy unido al cine. Además de la importante y prolífica labor literaria fue crítico de cine y guionista. Su obra ha sido llevada a la gran pantalla y sus poemas han servido de inspiración a varios directores. Si hay alguna película donde la poesía de Benedetti preside y, prácticamente, construye el argumento con sus poemas, esa es El Lado Oscuro del Corazón.
Dirigida por el argentino Eliseo Subiela -un admirador de Benedetti, al que le reserva un pequeño papel-, la cinta se centra en la búsqueda del amor ideal. Oliverio (Darío Grandinetti) es un escritor que sobrevive en Buenos Aires cambiando sus poemas por bistecs o recitando sus rimas a la gente en la calle, o a los conductores en los semáforos, a cambio de unas monedas. Su obsesión es encontrar a la mujer de sus sueños. Para ello se relaciona con todo tipo de compañía femenina: desde mujeres ejecutivas, hasta prostitutas, pasando por curiosas amantes que presumen de bigote, o cariñosas y dulces invidentes. De todas ellas sólo espera una cosa: que vuelen, que leviten cuando hacen el amor. Su particular persecución se extiende hasta Montevideo donde encuentra a Ana (Sandra Ballesteros) una profesional de la barra americana que accede a pasar las noches con Oliverio por cien dólares.
Subiela consigue crear una atmósfera fantástica, cómplice de la singular forma de vida que lleva el protagonista. Un cine muy personal que mezcla realidad con ilusión en un entorno romántico. Así, mientras Oliverio indaga sobre el amor, Subiela lo presenta tendiendo su ropa recién lavada o sus poemas, indistintamente; hablando consigo mismo o con su madre reencarnada en una vaca; o dialogando con la Muerte (Nacha Guevara) en lo que pueden ser algunas de las mejores secuencias de la película.

Y es que la Parca se empeña en llevar por el buen camino a Oliverio. Intenta que siente la cabeza, que consiga un trabajo y cese en su inútil búsqueda; que el amor no es tan importante. Para Oliverio lo que le propone la oscura dama es la muerte en vida. El rechazo a tales proposiciones es seguir llevando una vida caótica, viendo a sus amigos bohemios y continuando con sus visitas a Montevideo donde sospecha que Ana y él pueden volar juntos.
De esta forma el filme transcurre entre Argentina y Uruguay -como la propia vida de Benedetti- en el camino resuenan los versos del poeta (y los de Juan Gelman y Oliverio Girando). “Táctica y Estrategia”, “No te Salves”, “Rostro de voz”, “Corazón Coraza”, etc. son algunas de las estrofas que recitan los personajes. Son poemas que conducen la trama. La llevan de la mano para presentar la vida desordenada e irreal del protagonista, o para mostrar un final espectacular.
Creo que la mejor manera de recordar a Mario Benedetti es volver a leer su poesía. Aunque se me ocurre una alternativa muy atractiva: ver El Lado Oscuro del Corazón. Allí oiremos cosas como esta:
“No te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo.”