Avatar
Pues ya está aquí. Tras 12 años de especulaciones, intriga y vaciladas varias por parte de James Cameron, "Avatar" ha llegado a las pantallas de todo el mundo. Y la sensación que deja está a medio camino entre la que se tiene a los 5 años después de haber ido al circo, y la decepción.
He tenido la oportunidad de ver "Avatar" en 3D, tal y como se supone que la concibió Cameron (aunque en la mayoría de salas se esté proyectando en 2D), y, sinceramente, no veo el por qué. Cierto que es una película espectacular, pero no merece el 3D más que otras que nunca se estrenaron en tal formato (formato que, por cierto, me resulta de lo más irritante). Posiblemente, el problema está en el tiempo que Cameron ha tardado en parir su película: en el campo de los FX, doce años son toda una vida, y muchas de esas técnicas supuestamente revolucionarias que se anunciaban como las que iban a cambiar el rumbo del cine ya se han ido utilizando, quizás por separado, quizás no de forma tan redonda, pero ahí estaban. La supuesta revolución de Cameron se le ha ido de las manos sin que él mismo se diera cuenta.
¿Significa eso que "Avatar" es una decepción? En absoluto. Se trata de una cinta absolutamente espectacular, que explota el genuino sense of wonder hollywoodiense del que Cameron es uno de los mayores exponentes. Nos presenta Pandora, un lugar exótico y maravilloso, repleto de criaturas fascinantes y plantas fosforescentes que hacen que pasar la noche en susodicho planeta sea como pasarla en el centro de Manhattan. Ver a los protagonistas paseándose por Pandora es un espectáculo difícilmente igualable este año en una pantalla; los protagonistas, la raza autóctona de los Na’vi, cumplen lo que Cameron prometió: criaturas en 3D en cintas de imagen real que no parecen hechas en 3D. Los Na’vi son capaces de transmitir emociones y sentimientos, en algunos casos incluso más que los actores de carne y hueso (aunque Sam Worthington y Sigourney Weaver están francamente bien).
Punto y aparte es el guión, probablemente lo más flojo de la película. Cuando apareció el trailer, una amiga me comentó que era como "Pocahontas" con naves espaciales; aunque le di la razón, no me imaginaba que iba a ser tan parecido a "Pocahontas". Directamente es la misma historia. Y punto. Es una pena, porque los guiones se están convirtiendo, poco a poco, en el punto flaco de las películas de James Cameron (no es que "Titanic" fuera un prodigio de originalidad, precisamente). Los tópicos se suceden uno tras otro, hasta el punto de que puedes ir adivinando qué es lo siguiente que va a pasar en la película casi minuto a minuto. Y, la verdad, que el hombre que parió la saga "Terminator", o la fantástica "Aliens", haya caído en guiones tan tópicos y aburridos es, cuanto menos, preocupante.
Los actores son, en general, correctos. Como apuntaba antes, probablemente los mejores del reparto son Sam Worthington (que se está convirtiendo en uno de mis actores favoritos a pasos agigantados) y Sigourney Weaver, que repite a las órdenes de Cameron, 23 años después de "Aliens". De los demás, destacar a Giovanni Ribisi componiendo el personaje más jodidamente odioso de su carrera (incluso más que el imbécil del marido de Scarlett Johansson en "Lost in Translation", que ya es decir), y a Michelle Rodriguez, que tiene a su cargo otro personaje de esos marimacho que a ella le gustan, aunque esta vez consigue incluso caer bien al espectador. Todo ello aderezado por la música de James Horner, que cada vez se parece más a sí mismo hasta el punto que ya soy incapaz de diferenciar una partitura de otra entre las que firma, y una canción, interpretada por Leona Lewis, que intenta emular el éxito del "My heart will go on" de Céline Dion, pero que es decididamente peor.
En resumen, que "Avatar" es una película espectacular, circense, entretenidísima (nadie le puede negar eso), pero que en el fondo está vacía por dentro, es un bonito envoltorio con un pobre contenido que, si bien te mantiene con la boca abierta de asombro durante dos horas y media, no ofrece nada nuevo bajo el sol. Si Cameron quería ser recordado por su aportación a la historia del cine no será "Avatar" la película que lo consiga.