Michael era un genio, y los genios, también necesitan su dosis de locura, dentro de ese ápice de supina genialidad.

★★☆☆☆ Mediocre

Michael Jacksons This is it

El 26 de Junio, amanecía en mi casa, como un día más, tras prepararme mi café, me senté a leer la prensa en la red, algo que suelo hacer casi a diario, de repente me “desayunaba” con la noticia de la muerte de Michael Jackson, “El Rey del Pop”, instintivamente, como si de un jarro de agua fría se tratase, a mi cabeza (al momento) me venían imágenes de sus videoclips, auténticos acontecimientos mundiales cuando se estrenaban, y ese “Michael no puede morir” que yo daba casi como un dogma de fe. 

No he sido fan de Jackson, pero su música no me desagradaba, es más, muchos de sus éxitos forman parte de la vida de muchos de los que rondamos la treintena, vaya, que hemos educado la oreja, hacia otros grupos (o cantantes), llevados de la mano de Jacko. 

Tras su muerte había decenas de horas de material grabado, de los ensayos, los castings, e incluso los videoclips que había preparado para su nueva (y última) gira, 50 conciertos que iba a ofrecer en verano en Londres; concierto que, según comentan, él no tenía consciencia de la magnitud de tan noble acontecimiento, pero, que tras visionar la cinta/documental/musical (tachen lo que no corresponda), creo que Jacko tenía más que claro por donde iban a ir las tornas, y como (exigiendo siempre al máximo) quería que se hiciera todo, paso por paso, con ese ralladísimo metódico que tanto esgrimía Michael y que muchos tachaban como una extraña manía hacia la más megalomaniaca de las realidades. 

Jackson, meses después de su muerte, y como una auténtica gallina de los huevos de oro (que será su figura, como el Cid, gana batallas después de muerto), sigue en el candelero, y, incluso sus hermanos ahora saben, como ganarse las habichuelas, a la sombra (o bajo el ala) del mismísimo Rey del Pop, como fue mundialmente calificado. 

Admito, que esperaba mucho más, y que la cinta, aunque me ha gustado, me ha decepcionado un poco, ya que es, como un concierto, con “cortes” de por medio, y eso deja al espectador, bastante descolocado. Ves que Michael no estaba tan enfermo como decían, y que disfrutaba, sin duda alguna, de su trabajo (solo hay que verle moverse, y hablar con todos los responsables de esa, la que iba a ser su última gira), pero, ese trasfondo de hombre genial que se le magnifica en exceso le hace, una vez muerto, un flaco favor a su figura.  

Y es que Michael era un genio, y los genios, también necesitan su dosis de locura, dentro de ese ápice de supina genialidad. 

Lo mejor: Ver a Michael Vivo, enorme y de nuevo en acción
Lo peor: Se esperaba mucho más y se queda en muchisimo menos de lo que podía haber dado de si.
publicado por Rafa Ferrer el 21 diciembre, 2009

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