Cualquier otra película que veamos ahora de acción y efectos especiales caerá en seguida en el olvido, pues va a ser muy difícil superar(a corto plazo) lo que James Cameron nos ha traído a los cines.

★★★★★ Excelente

Avatar

Desde un primer momento notas una sensación extraña, tridimensional, de distintas profundidades, que más que notar el 3D notas como te envuelve la película, como te absorbe hasta sentirte integrado en ella. Películas en 3D hay muchas, y por eso es difícil decir que una película 3D puede cambiar la forma de ver el cine, pero el tratamiento del 3D que ha logrado Cameron supera todo lo imaginable por el ojo humano. Está claro que en el futuro veremos película holográficas, pero ahora mismo, y en una pantalla plana de cine, la capacidad de creatividad y tecnología que ha puesto el director en esta película es tal que, por mucho que cueste decirlo, ha cambiado drásticamente el curso del cine.

Cientos de objetos, criaturas, luces, sonidos, humanos y naves… entre otras cosas, nos acompañan en perfecta sintonía, sin tener la sensación de estar forzando el 3D, sino que, meramente están ahí, como si de una obra de teatro se tratara, captando distintas profundidades, texturas, contornos, relieves… todo para acabar sumergiéndonos en el mundo imaginario que James Cameron ha creado para nosotros.

Por todos es sabido que Cameron sabe lo que se hace, que con Titanic consiguió emocionar a millones de personas, pero como director de acción ha emocionado (en otros sentidos) a otros cuantos millones. Lejos quedan las espeluznantes persecuciones de Terminator, o el mundo oscuro y lúgubre de Aliens. Allí hizo todo lo que pudo y tenía al alcance de su mano para llevar al extremo su obra, pero ahora ha ido más allá y ha sido capaz de crear lo que le hacía falta para plasmar un planeta desconocido y adentrar al espectador en él.

De la historia poco podemos añadir que alguien desconozca: Jake Sully, un ex-Marine inválido, es enviado, a través de un “avatar” que controla con su propia mente, a un exótico planeta llamado Pandora, habitado por una raza conocida como los Na´Vi; allí, Jake se verá envuelto en una lucha por su propia supervivencia y por la del pueblo indígena.

Hasta aquí podemos decir que la trama poco aporta, que recuerda a muchas películas, y cierto es que, en ocasiones, nos parece estar viendo una versión alienígena de Apocalypto, con toques de La princesa Mononoke, pues han fusionado el espíritu de los nativos y sus costumbres con la vida del bosque y los seres que allí habitan… pero ¿importa? a mi no, pues en Apocalypto no me adentraba en la selva, algo que en Avatar si es logra, y en La princesa Mononoke veía más lejanos esos seres animados, cuando en Avatar la sensación de cercanía del planeta nos ayuda a identificarnos más con lo que estamos viendo, y la sensación de seres reales, que vistos en trailers en 2D pueden parecer lejanos para nosotros, pues son seres altos y azules, al verlos en 3D, con las texturas, los cabellos, los movimientos sutiles y ágiles… acaban convenciéndonos de estar viendo seres reales, para nada imaginarios, y que los habrá contratado en un casting especial para la ocasión.

El reto al que se enfrentaba el director era lograr, a través de un mundo digital, que sus actores supieran defenderse dentro de pantallas verdes, y lo han logrado. El reparto humano cumple perfectamente su función. Sam Worthington demuestra que es una de las nuevas estrellas, algo que dejó ver en Terminator Salvation, y ahora lo confirma. Y su avatar, con el rostro azulado y los rasgos del actor es, simplemente, perfecto, adquiriendo la sensación de vivir en un mundo real de avatares, quedando el mundo en el que vivimos como un mero sueño de lo que vemos. Sorprendente también el retorno de  Sigourney Weaver que, tras trabajar con el director en la saga Alien, ahora se relaja e interpreta a una científica con su propio avatar, al único que le echamos algo en cara pues, a pesar de ser realista, intentar dotar al ser azulado de los rasgos de la actriz queda más falso que real, y es el único alienígena al que le sucede esto, pero era difícil lograr que reconociéramos de otra forma al personaje de Sigourney.

Por lo tanto, otro de los retos del director ha sido logrado, dotando de protagonismo humano a la película, sin llegar a ser absorbido por los efectos especiales y la tecnología, demostrando una gran parte emotiva y sentimental que nos toca la fibra sensible, algo que no esperábamos en esta película, pero que, realmente, tiene muchos detalles que nos harán pensar sobre lo que estamos haciendo a nuestro planeta.

Nada tenemos que objetar de esta película, en su versión 3D, pues logra combinar un guión sólido, con una gran interpretación, real y virtual, dotada de una gran tecnología que nos llena de esperanzas al confirmar que aún nos queda mucho por ver en el cine, aunque quede mucho tiempo para vivir una experiencia igual, que podríamos llamar: la experiencia Avatar.

La única pregunta que dejo abierta es: ¿Gustará tanto la película en 2D? Yo creo que no necesitamos respuesta, pues si ha sido creada para la tridimensionalidad, ¿acaso vale la pena verla en sala normal?
Lo mejor: La gran tridimensionalidad y la tensión que se palpa en todo momento.
Lo peor: Poca originalidad en el guión.
publicado por David Pérez el 18 diciembre, 2009

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