Es una recreación documental del derrocamiento del dictador Fulgencio Batista con mucho sudor y mucha pólvora pero con poca épica.

★★☆☆☆ Mediocre

Che El Argentino

         CHE, el Argentino no es una película de ficción, podríamos decir que es una recreación documental del derrocamiento del dictador Fulgencio Batista, desideologizada y centrada únicamente en las acciones bélicas.

        Parece ser que la película de Steven Soderbergh sobre la participación del guerrillero argentino en la revolución cubana tiene el doble de metraje de lo que hasta el momento hemos visto y tuvo que ser dividida por razones comerciales. Esta primera parte se extiende desde el encuentro del Che con Fidel Castro en México hasta la toma de La Habana (1955-1959), la segunda parte, aún no estrenada en España, se titula sorprendentemente Guerrilla cuando lo único que hemos visto en esta primera parte (después de la breve entrevista de Fidel y el Che) son: guerrillas, bombas caseras, escaramuzas, tiros, durante casi dos horas y media, nada menos. Guerrilla son otras dos horas y media pero esta vez centradas en la actividad guerrillera del Che en el Congo y en Bolivia, donde lo mataron, que abarca el período 1960-1967. Sin embargo en Che, el Argentino se intercalan también acontecimientos internacionales que sucedieron en 1964 que no ayudan a aclarar nada y más bien confunden al espectador.

        ¿Qué se puede esperar de un falso reportaje como éste? Digo "falso" no porque lo que se cuente en él sea falso, cosa difícil de comprobar evidentemente, sino porque no utiliza material original sino que imita al documental con actores actuales; se trata de un recurso que puede ser muy valioso cuando se carece de imágenes reales pero que en este caso tal vez no se justificaba porque hay abundante material sobre la revolución castrista. Sin embargo Soderbergh lo utiliza para simular acciones bélicas sin contenido ideológico, en las que se han extrapolado frases pronunciadas por los revolucionarios en la ONU o en entrevistas posteriores que se les hicieron, como soporte lógico de lo que vemos en la pantalla, pero resulta insuficiente. Está bien que la película no justifique ni censure las acciones pero sus personajes tienen que hacerlo, porque ver cómo se matan sin conocer sus razones es absolutamente surrealista.

        Lo mínimo que al espectador le cabe esperar de una película planteada como un documental sobre la revolución cubana es que se le informe de lo que allí ocurrió. Pues eso es justamente lo que no consigue: para el que ya supiera en qué consistió el levantamiento de Fidel Castro, la película no le dice nada nuevo, y el que se acerque a ella sin conocer los antecedentes de la revolución castrista no entenderá nada. El espectador se siente como un campesino perdido en la sierra que no hace otra cosa que ver pasar guerrilleros castristas por todos los senderos sin ninguna explicación.

        Podemos agradecer a Soderbergh haber intentado sacar a la luz la poesía épica de las acciones del Che en la revolución cubana, como lo hizo Walter Salles en Diarios de motocicleta con el lirismo que desprendía el mismo personaje en su juventud, pero en este caso debemos lamentar que su trabajo se haya quedado únicamente en filmar el paso de los guerrilleros por Sierra Maestra, por momentos de forma lenta y pesada y en otros con un dinamismo trepidante, envuelta siempre en más sudor y pólvora que épica.

        Lo que sí tendremos ocasión de ver y de rever muchas veces con gran colorido es una exuberante vegetación supuestamente localizada en la isla caribeña pero que en realidad son parajes de bosque hispano y puertorriqueño tomados con un nuevo sistema de cámaras llamado RED. La película no se pudo rodar en Cuba no porque Fidel Castro se opusiera sino por el contrario debido al embargo americano que le prohibía a Soderbergh filmar en la isla.

        También veremos a unos revolucionarios que parece que tuvieran como único jefe al Che, héroe médico-militar carismático, porque el resto de líderes de la revolución prácticamente no aparecen en la cinta, Fidel Catro lo hace sólo en breves secuencias como un personaje secundario y Camilo Cienfuegos de manera fugaz. La película se centra exclusivamente en la columna que dirigió el comandante Ernesto (Che) Guevara en Sierra Maestra y termina con el paseo triunfal hacia La Habana.

        A las únicas personas que habría que felicitar en esta obra es a los componentes del equipo de maquillaje porque las caracterizaciones de Benicio del Toro como Che Guevara y la de Demián Bichi como Fidel Castro son bastante convincentes. Curiosamente, esta información no aparece en la página Web oficial de la película, aunque sí figura la responsable del vestuario que no podía ser de otra manera y el autor de la banda sonora original que es casi inaudible. Por lo demás, CHE, el Argentino, es simplemente el inventario de cada uno de los tiros que pegó la columna "José Martí" en Sierra Maestra antes de entrar a la capital.

        Nos quedamos a la espera de la segunda parte titulada Guerrilla, que esperemos no sea tan tediosa como la que acabamos de ver y tenga algo más de contenido.

Leopoldo de Trazegnies Granda

Lo mejor: Paisajes tropicales ¡tomados en España y Puerto Rico!
Lo peor: Que es un documental que no informa, más bien confunde.
publicado por Leopoldo de Trazegnies Granda el 4 diciembre, 2009

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