La carretera (the road)
"La carretera" va de menos a más. Basada en la premiada novela del mismo nombre publicada en 2006 por Cormac McCarthy, se trata de una historia postapocalíptica que describe el viaje hacia el sur de un padre y su hijo en planeta desolado tras un cataclismo. Un relato de ciencia ficción verosímil cuya fuerza radica en la crudeza de sus emociones, que nadie busque aquí secuencias de acción futuristas. "La carretera" describe la caída de la sociedad al primitivismo en un entorno en el que el suicidio es un alivio y donde un niño parece quedar como el único bastión de la decencia.
La cinta dibuja (como el libro) un panorama grisáceo, carente de colores y vida, en el que los árboles son peligrosas estructuras inertes puestas en pie que amenazan con caerse ante los desprevenidos transeúntes. Depravación, canibalismo y desesperación están presentes en el día a día de los supervivientes que no esperan nada más de su existencia pero se resisten a quitarse de en medio.
McCarthy pintó un escenario carente de razones para el optismo y el director John Hillcoat siguió la misma directriz en el filme. El espectador no encuentra alivio entre tanta angustia y el final queda lejos de poder catalogarse como feliz.
Lo mejor de esta película es la relación padre – hijo, cómo mientras al progenitor (Viggo Mortensen) le carcomen las preocupaciones y los miedos por proteger al niño, un proceso en el que va perdiendo poco a poco su humanidad, el chico va desarrollando una mayor consciencia del mundo y se erige en salvador de la inocencia y la bondad.
"Papá, ¿somos aún los buenos?", le pregunta repetidas veces el joven a su padre durante el filme a medida que le surgen dudas sobre si sus comportamientos son aún diferentes de los de la gente de la que huyen.
La película, como el libro (considerado en EEUU uno de las mejores novelas de ciencia ficción de los últimos 25 años), atrapa. El largometraje, sin embargo, se entretiene demasiado en los recuerdos del padre con su mujer (Charlize Theron) y recurre en exceso a los sueños, algo que interrumpe las secuencias del viaje por la carretera -en el presente está lo interesante, no en el pasado- sin ofrecer mayor carga emotiva y escasa información a una historia que ya de por sí tiene a la audiencia con un nudo en el estómago.
Interesantes actuaciones de Mortensen y del chico Kodi Smit-McPhee así como de un casi irreconocible Robert Duvall, como un viejo ciego que ni siquiera vale como comida.
Buen relato que no deja indiferente a nadie. No recomendable para personas muy impresionables.