En tierra de nadie
Ante el estreno de la semana que viene de la última película del director bosnio Danis Tanovic, Triage (2009) con Colin Farrell, Christopher Lee y Paz Vega, hay que destacar su multipremiada ópera prima En tierra de nadie (2001), una interesante pero sobrevalorada historia ubicada durante la terrible Guerra de Bosnia que se prolongó durante más de tres años y medio (abril 1992-diciembre 1995).La historia se centra en dos soldados, uno serbio y otro bosnio, que se encuentran atrapados en una trinchera situada en las dos líneas de fuego de ambos bandos. A partir de aquí comenzarán las discusiones entre ellos dos por quién empezó la guerra y recibirán artillería pesada ya que ninguna de las dos partes sabe si pertenecen a los suyos. Después intervendrá Unprofor (las siglas en inglés de Fuerza de Protección de las Naciones Unidas), creada por el Consejo de Seguridad de la ONU, donde unos cascos azules franceses irán al lugar para saber exactamente el estado de los soldados. Los medios de comunicación también querrán tener su presencia, siendo una corresponsal de una cadena de televisión inglesa la que intentará sacar alguna imagen de los involucrados.
A pesar de las intenciones del director, de las buenas críticas que cosechó por mezclar comedia y tragedia, y de conseguir entre los premios el Oscar a la mejor película de habla no inglesa, la mejor parte del film se da en la primera media hora, donde vemos la única parte con algún punto cómico (después se olvida por completo para centrarse totalmente en la crítica general) y donde el espectador se sorprende por el ritmo de la acción y por la buena puesta en escena. Mismamente, la primera secuencia de cinco minutos es fabulosa, en una noche con niebla espesa, en la que una patrulla de relevo de soldados bosnios es llevada por un guía para dirigirse al frente. A causa de la poca visibilidad esperan al amanecer y al despertarse se encuentran delante mismo del enemigo. Lo que viene después mantiene gran parte del interés del espectador por los diálogos de los dos soldados y por alguna sorpresa que otra. Pero cuando ya intervienen la ONU y los medios de comunicación, entra en juego la sobada crítica general, contras las guerras, los altos mandos o la televisión, algo que ya se ha visto en demasiadas ocasiones y que por eso recuerda en parte al circo que se monta, salvando las distancias, en la excelente película de Billy Wilder El gran carnaval (1951).
Si la mezcla de algunos puntos de humor bastante espontáneos que encontramos en la primera parte hubiera seguido en la segunda, no se hubiera caído en la trampa de olvidarse de los protagonistas y de utilizar personajes a los que se les quiere dar demasiada importancia, más de la que deberían tener, cayendo en algunos diálogos irreales y pretenciosos, como cuando la reportera maldice a los "malditos balcánicos" o a los "malditos franceses", o la escena en la que un casco azul francés le pide al serbio que traduzca a su "amigo" bosnio, con la previsible respuesta del serbio: "no es mi amigo". Aún así, es recomendable un visionado a esta historia, donde Danis Tanovic demuestra que tiene talento aunque parece que se pierda como sus protagonistas "en tierra de nadie".
Lo mejor: El tono cómico y el ritmo de la primera media hora
Lo peor: La crítica general de la segunda parte, olvidándose de la comedia