Más sombras que luces tiene esta película, que no deja de ser interesante.

★★★☆☆ Buena

El Greco

        El Greco, por este apodo mitad español mitad italiano, como fue su vida, se conoció al pintor griego Doménico Teotocopoulos.

        Asistir a lo que modernamente se llama un "biopic" es la forma más amena de culturizarse. No entiendo porqué no se transforman las aulas de los colegios en minicines para enseñar a los estudiantes mediante el poder de la imagen. Estoy seguro que demostrarían mucho más interés por las materias del curso que si las oyeran de un aburrido profesor.

        La película trata de la vida de El Greco desde Creta hasta Toledo pasando por Venecia. El pintor se traslada a Italia para formarse en la escuela de Tiziano y luego viajaría a la península ibérica atraído por los proyectos artísticos de Felipe II en la construcción de El Escorial, para terminar radicándose en Toledo hasta su muerte.

        El Siglo de Oro español fue difícil para todo el mundo, incluídos los artistas y escritores. Apenas alguien destacaba en cualquier actividad se topaba con el fanatismo inquisitorial que buscaba la herejía y la blasfemia para castigarlas con contundencia y mantener su hegemonía sobre las almas y los cuerpos. La película explota esta circunstancia, sin embargo en el caso del pintor griego no fue así, en realidad ocurrió todo lo contrario. Los mecenas de El Greco eran personalidades religiosas y su pintura se adscribió a la corriente de la Contrarreforma. Rápidamente dejó de pintar los desnudos que plasmaba en el taller de Tiziano y se avino a representar santos atormentados por el poder divino o altas personalidades eclesiásticas y civiles. Se puede tomar como una "licencia cinematográfica" la del director griego al presentarnos a El Greco como un rebelde en pugna ideológica con el cardenal Niño de Guevara, cuando en realidad las diferencias entre el clero y el pintor fueron por razones crematísticas debido a la falta de acuerdo en la valoración de sus cuadros.

        Uno de los motivos que hacen interesante esta película es que se pueda apreciar aunque sea fugazmente gran parte de la obra de El Greco que se halla dispersa por los principales museos del mundo. En cambio es una lástima que no se haya rodado en Toledo donde transcurre la mayor parte del argumento biográfico. Se han buscado los escenarios en la propia Grecia a excepción de una escena en la que aparecen los vitrales de la catedral. La hermosa casa de El Greco llena de luz y de patios con galerías de madera en las afueras de Toledo se confunde en la película con los corredores de piedra de las mazmorras inquisitoriales. Casi todas las escenas transcurren en interiores sombríos, a ventana cerrada. Es una verdadera herejía, en este caso artística, hacer una película sobre el pintor de la luz y el color y ambientarla en lugares oscuros.

        Por otro lado la elección de los actores no parece la más apropiada: no guardan mucho parecido con los personajes de los cuadros para los que sirvieron de modelo. Un refinado y buenmozo Juan Diego Botto no es el más adecuado para representar al diabólico cardenal Guevara que pintó El Greco. Lo contrario ocurre con la mujer del pintor, Jerónima de las Cuevas, interpretada por la actriz catalana Laia Marull que tiene una expresión y un tipo de belleza distintos al de la La dama del armiño donde parece que quedó inmortalizada por Doménico Teotocopoulos.

        Se supone que los productores han colocado en cabecera de cartel a Botto por su prestigio como actor en España aunque en realidad es un personaje secundario que representa al cardenal Guevara, el verdadero protagonista es Nick Ashdon que interpreta al pintor griego con bastante credibilidad.

        La película podría haber sido mucho mejor. Es una lástima, tal vez por razones de presupuesto, se ha quedado solamente en una buena cinta para pasarla en clase a los alumnos de secundaria, haciendo las salvedades apuntadas sobre la poca fiabilidad que nos merece la biografía presentada por el director griego Iannis Smaragdis.

Leopoldo de Trazegnies Granda

Lo mejor: Uno de los valores añadidos de esta película es que se puede apreciar aunque sea fugazmente gran parte de la obra del genial pintor.
Lo peor: Es una lástima que no se haya rodado en Toledo. Casi todas las escenas transcurren en interiores sombríos.
publicado por Leopoldo de Trazegnies Granda el 1 noviembre, 2009

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