Si la cosa funciona
Después del bodrio de Vicky Cristina Barcelona, parecía que Allen iba a regresar a sus señas de identidad de sobra conocidas por el espectador. Sin embargo a muchos nos llamó la atención que el cartel no viniera firmado con su nombre como director.
Larry David hace en esta película de Allen, solo que con más diálogos de los que recuerdo. De hecho, recurre casi al monólogo y a un guión hecho a medida a las fobias y tics del director, pero esta vez de forma exagerada.
Una deliciosa Evan Rachel Wood trastoca la vida de un protagonista cascarrabias, con alto nivel intelectual y tendencias suicidas. La ingenuidad versus la pedantería y el pesimismo parece que hace una buena pareja y hace que ambos lleven una vida distinta.
Con los típicos personajes y los no tan típicos paisajes neoyorquinos, Allen se desmelena pero le deja la tarea a un cómico, sigue hablando de sus miedos y refleja de nuevo sus fantasías con hermosas jóvenes. Sin embargo resulta cargante y algo desorientado. Reiterativo y falto del humor socarrón que me hacía reir.
Me da la impresión de que Allen sigue con la inercia de hacer una peli por año pero se encuentra algo desorientado del camino a seguir. Es difícil aconsejar a alguien que ha hecho tantísimas buenas películas y lleva tanto tiempo en esto, pero como bien dice el título, si la cosa funciona, tira para adelante. Y parece que se ha conformado con eso.