Mr 73
Olivier Marchal gusta del género policíaco con protagonistas atormentados. También usa a Daniel Auteil como actor fetiche. Y en esta nueva película que ha pasado sin pena ni gloria por nuestro país, la historia se vuelve más espinosa y cruel.
Louis (Auteil) es un detective que persigue a violadores y asesinos. Uno de ellos parece que va a salir de la cárcel por la condicional y buena conducta. También investiga a otro que ya va dejando cadáveres asesinados y violados de forma brutal. Sin embargo el drama se cruza en la vida del detective, y el alcohol parece ser su aliado, aunque también su condena.
Si algo bueno tiene Marchal es la capacidad de retratar un mundo policial frío y corrupto de forma muy personal. Pero en este caso se pasa de frío. De hecho, la trama de investigación del asesino parece secundaria, dejando el protagonismo a un personaje que se pasa toda la película borracho y que parece un muerto viviente incapaz de lograr lo que logra.
La película no se centra demasiado en los crímenes violentos y sexuales, sino en las víctimas, las familias que sobreviven a esa sinrazón que provoca dolor. También es un impactante alegato en contra de las fuerzas de seguridad y carcelarias, así como judiciales. Un sistema que se deja engañar, que deja pasar la oportunidad de hacer justicia y cumplir la ley y que crea un círculo de injusticias que termina en más violencia.
El film mantiene la atención pero se hace bastante largo. Se va por los cerros de Úbeda en muchos momentos y en otros se alarga innecesariamente. No es un plato agradable el tema que trata, pero es interesante ver que hay un director que denuncia las debilidades morales de Europa que muchos ven como necesarias medidas humanitarias para asesinos.