Unos animales que imitan al mismísimo James Bond, con escenas propias de Terminator y unas máquinas calcadas de Transformers. Un refrito para niños en el que se les olvidó el ingrediente principal: entretenimiento.

★☆☆☆☆ Pésima

G force: licencia para espiar

Película de animación en 3-D que mezcla imágenes creadas por ordenador con otras rodadas de la realidad. G-Force denomina a un grupo de animales alterados genéticamente para otorgarles una inteligencia humana; estos pequeños seres son un proyecto confidencial perteneciente al servicio de inteligencia estadounidense y se encargarán de realizar servicios de espionaje de alto nivel. El argumento parece sacado de una mala película de James Bond, de hecho el inicio de la película se asemeja a los inicios adrenalíticos del agente británico, lo que ocurre es que esta vez la espectacularidad y la tensión se han quedado dentro de la jaula.

Los conejillos de indias que forman el trío protagonista –la voz de Penélope Cruz no me acabó por convencer– tendrán que unirse para evitar que el mundo conocido sea aniquilado por máquinas-robots asesinos, otro pasote de los guionistas que se olvidaron también de incluir humor, el roedor al que da voz Steve Buscemi resulta el más divertido pero ni con esas entretienen. Acabé harto de tanto conejillo de indias, moscas voladoras y cucarachas inteligentes, me daban ganas de encerrar a estos bichos junto con sus guionistas en un manicomio y luego tirar la llave por la alcantarilla. El patito feo de la película, un pequeño topo devorador de gusanos (al que le da voz Nicolas Cage) cuyos conocimientos informáticos superan con creces al del mejor hacker del mundo fue el que me resultó más interesante y entrañable.

Si hacemos referencia a todos los actores “reales” que aparecen en la película no debo más que despotricar por sus lamentables actuaciones, el malo malísimo del filme, Bill Nighty, sobreactúa de tal forma que nos tomamos a risa a su personaje, desconozco si será por exigencias de tan suculento guión. Empecé hablando de James Bond y terminaré hablando de Transformers, pues la película se acoge a esta superproducción para copiar sus robots mecánicos y presentarnos un final falto de originalidad y tan pobre e insulso que vuelves a acordarte por enésima vez de los grandiosos guionistas.

G-Force va dedicada al público infantil, pero eso no es excusa para hacer una película aburrida (me sobra más de la mitad) que no ofrezca nada medianamente entretenido, ya sé que es imposible que todas las películas contengan la genialidad de Up, pero a mí estos roedores me han hastiado tanto en una mísera hora y media que he acabado por cogerles manía.

Lo mejor: Seguramente aumenten las ventas de animales domésticos.
Lo peor: La trama y falta de carisma de los roedores.
publicado por Miguel de Diego el 8 octubre, 2009

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