Capitalismo, una historia de amor

Capitalism: A Love Story es un documental que merece la pena aunque no es la mejor de las producciones de Moore, posiblemente es una de las más flojas. Durante más de dos horas de película este crítico realizador describe los últimos abusos de Wall Street, los tejemanejes en Washington para salvar la banca, la impunidad, el sufrimiento de los ciudadanos incapaces de pagar su hipoteca y otras injusticias habitualmente recogidas en la incomprensible letra pequeña de los contratos financieros, en el mejor de los casos. Una historia conocida y reciente para un público que acude al cine ya indignado por cómo funciona el sistema económico y social, que espera reafirmar sus opiniones y al que Moore es incapaz de ofrecer demasiadas novedades.

El argumento fluctúa en interés como las acciones en el mercado de valores, destapa algunas vergüenzas poco conocidas de las entidades bancarias pero recurre a titulares, imágenes de archivo, tira otra vez de Bush en busca de culpables y se aferra al "Yes we can" de Obama.

Moore retoma en este documental su tema favorito (después de Bush): las grandes corporaciones y sus tramas para dominar el mundo, argumento que tocó en su debut con Roger & Me (1986), The Big One (1997), Fahrenheit 9/11 (2004) o Sicko (2007), aunque con menos frescura de lo habitual.

Moore usa algunos testimonios irrelevantes para exponer una realidad asumida por la mayoría aunque los intercala con declaraciones de algunos senadores, congresistas y miembros de comités de supervisión del Gobierno de EEUU que resultan reveladores por su contenido indignante que invita a la revuelta ciudadana.

Moore evita referirse al socialismo en casi todo el metraje para no perder a un público fácilmente impresionable por la sola mención del término, que en EEUU está muy cerca de ser sinónimo de antipatriotismo, y orienta la trama hacia una falsa disyuntiva entre capitalismo y democracia, dos términos que se refieren a cosas distintas y que Moore trata de convertir en opuestos. Un flaco favor a la honestidad del documental que habla simultáneamente de un golpe de estado perpetrado por grandes compañías y de la resistencia del pueblo mediante su voto a Obama.

Entiendo que si en noviembre de 2008 hubiera ganado McCain, Moore habría tenido que alterar su historia y buscar otro giro de guión para defender a los electores por su incapacidad para hacer "lo correcto", los mismos electores que libremente nombraron a George W. Bush dos veces presidente de EEUU y a los que este oriundo de Flint, en Michigan, suele eximir de responsabilidades en sus obras.

No obstante, y a pesar de mi crítica, recomiendo este filme. Siempre es bueno que existan documentales que traten temas que nos afectan a todos y generen debate.

Lo mejor: Expone unos hechos que, al margen del discurso, hay que conocer y razonar sobre ellos para alimentar un necesario debate sobre la sociedad en la que vivimos
Lo peor: Moore se repite. Ofrece pocas cosas nuevas en su nuevo proyecto. La duración y la cadencia narrativa hace que el interés decaiga de vez en cuando.
publicado por El Plumilla el 28 septiembre, 2009

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