Desmembrados
Aquí en España vimos Desmembrados en cines en una sesión doble junto a la simpática Ovejas asesinas (Black Sheep, 2007). El experimento no salió demasiado bien a juzgar por la semana que las tuvimos en cartelera por Madrid, pero al menos dió la oportunidad a un puñado de aficionados de ver dos películas en la gran pantalla que, de otro modo, se hubiesen estrenado directamente en las estanterías del video club. Yo no fuí uno de esos afortunados que por seis euros se vió las dos películas de un tirón, pero ya en su edición en dvd las he echado el guante para saber si eran verdad las cosas tan buenas que se hablaban en determinados sitios. Hagamos comparaciones. Mientras Ovejas asesinas tan solo es una comedia gore medianamente entretenida y con alguna escena sangrienta divertida, Desmembrados se confirma como una buena película, ágil e inteligente, que, sobretodo a partir de la segunda mitad, contiene algunos de los momentos más delirantemente efectivos del terror con humor negro y mucha mala leche (atención a la escena que tiene que ver con un bazoca y un avión).
Desde el punto de vista de la crítica social, el guionista y director Christopher Smith, que se dio a conocer hace cuatro años con la entretenida Creep, saca a relucir los males de la sociedad capitalista y sobretodo de la industria armamentística. Pone a unos inútiles con trajes de diseño dentro de una pesadilla sanguinolenta en la que se convierten en presas de su propio trabajo. Para la mirada acida sobre el tema era inevitable el tono irónico en todo momento. Incluso en las escenas que parece que la seriedad se va a apoderar de la película, se sacan un as de la manga para volver al sano cachondeo. Con un único punto negativo referente a los primeros treinta minutos, en los cuales la presentación de situación y personajes carece del interés del resto, Desmembrados puede considerarse una de las más efectivas películas del terror ingles de los últimos años.