El exorcista, versión teen, y realizado con ingredientes Fast Food, bien rociados por unas partes resecas de La semilla del diablo. ¡Ah, también hay una porción del último terror oriental!

★★☆☆☆ Mediocre

La semilla del mal

Michael Bay es conocido de sobra, para bien o para mal, dentro de sus labores de director. Lo que ahora esta consiguiendo es labrarse, igualmente para bien o para mal, una carrera bastante popular como productor. Si detrás de las cámaras lo suyo es el cine de acción y el espectáculo de efectos especiales, en lo que concierne a poner la pasta le va más el terror. Y no un terror cualquiera, no. Lo que el director de La roca (The Rock, 1997) se ha empeñado en hacer en los últimos años es remakear todo clásico del género que se le ponga a tiro. De este modo, en su haber cuentan las nuevas versiones de La matanza de Texas (The Texas Chainsaw Massacre, 1974), Terror en Amityville (The Amityville Horror, 1979), Carretera al infierno (The Hitcher, 1986) y Viernes 13 (Friday the 13th, 1980). Pero cuidado, la cosa no acaba aquí. En su lista de proyectos como productor, ya tiene en proceso los remakes de Los pájaros (The Birds, 1963) o La semilla del diablo (Rosemary´s Baby, 1968). En referencia a la última, podemos decir que Bay ya ha estrenado su seudo versión en clave teen y con artificios propios del cine de terror moderno. Hablo, por supuesto, de La semilla del mal.

La semilla del mal está escrita y dirigida por David S. Goyer. Se trata de un hombre capaz de escribir el magnifico guión de El caballero oscuro (The Dark Knight, 2008), pero también de perpetrar en la dirección cosas como Blade: Trinity (2004) y Lo que no se ve (The Invisible, 2007). Seamos claros. El guión que ha preparado para La semilla del mal es una mierda. Sin más. Pero la película se apoya en una factura perfecta, una dirección sin excesos de calidad, pero interesante, y la presencia de la espectacular Odette Yustman, y de un Gary Oldman pasándoselo pipa, sin tomarse en serio lo que sucede a su alrededor. Así mismo, la duración no supera los ochenta minutos, por lo que va directa al grano y no aburre. Datos que no nos hacen olvidar que La semilla del mal tan solo es un producto de terror fast food, ideal para pasar el rato sin exigencias una tarde de Burger King. Su terror se basa en el sobresalto auditivo, mientras devoramos la perfecta silueta de su protagonista. No importa demasiado que el novio de ella tenga la misma cara cuando dan un paseo que cuando se la practica un exorcismo. Al menos, si tenemos un día poco exigente.

publicado por Carlos Cubo el 9 septiembre, 2009

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