Posiblemente la mejor y más divertida serie B (o Z) italiana de los ochenta. Un festival de sangre, fluidos verdosos, personajes hilarantes y escenas surrealistas.

★★★★☆ Muy Buena

Demons

Demons es una obra maestra. Y raro es que haya salido de la cámara de Lamberto Bava, el hijo aprovechado del maestro Mario Bava. Tanto ésta como, algo menos, Demons 2 (Demoni 2: l´incubo ritorna, 1986), son piezas imprescindibles para todo aficionado al terror y al gore italianos. Ya desde el comienzo la historia apunta maneras. Varias decenas de personas, a cada cual más pintoresca, acuden a un misterioso cine al que han sido invitados. Se proyecta una película de terror que habla del comienzo del fin del mundo a manos de los demonios. Pronto, lo que sucede en la película también sucederá en la sala de cine. Todos quedan atrapados, y la única salvación que tienen es luchar contra los seres del averno. Hay cinco razones para tener Demons en la cabecera de cualquier colección.

 5. La banda sonora, tanto la instrumental como la selección de grupos heavy, destacando Montley Cure o los geniales Goblin (grupo predilecto de Dario Argento, no por nada productor de la película). Atención al tema inicial, en la secuencia del tren. Se trata de una de las composiciones más surrealistas que uno ha podido escuchar. No pega para nada, pero joder… ¡es mítica!

4. Las escenas gore son tan exageradas como divertidas. Desde la primera transformación en demonio de una prostituta, hasta desmembramientos y desgarros de piel varios, sin olvidarnos de la mala leche de algunas, como aquella en la que a un ciego se las hacen pasar verdaderamente putas. Además, no solo hay sangre, sino litros de babas verdosas y demás fluidos corporales.

3. El momento Deus ex machina. Un helicóptero se carga el techo del cine cuando los protagonistas más lo necesitan. Un momento apocalíptico e hilarante a partes iguales. Para terminar de redondear la escena, tenemos la aparición sorpresa de un joven y malvado Michele Soavi, que se lleva un buen escarmiento por parte de los protagonistas. Esto es, que le meten de lleno en el ojo en una punta de acero. Ahí es nada.

2. La memorable escena del protagonista en moto rebanando, con una katana, cabezas y brazos de demonios. Todo aderezado con un temazo heavy. El tipo pasa en unos segundos de pijo de ciudad a una especie de action hero, con las mangas de la camisa recortadas para enseñar bíceps. Brutal.

1. ¡El negro de Demons! Quien no haya visto la película no ha conocido aún a uno de los personajes más icónicos del género. Este tío, un chulo putas, aparece más o menos hasta la mitad de la función, pero cada escena con su presencia elimina la atención en el resto. Tan mítica es su intervención que en Demons 2 vuelve a tener un papel secundario, con un personaje diferente. Y efectivamente, lo clava de nuevo.

publicado por Carlos Cubo el 7 septiembre, 2009

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