No tiene alma, ni la fuerza necesaria. Hay un (descafeinado) thriller para todos los públicos donde debería haber una venganza llena de acción y violencia. Cosas de la calificación por edades “Made in USA”.

★★☆☆☆ Mediocre

Max payne

Hablemos del PG13. En Estados Unidos la calificación de películas por edades no es como en España. Aquí, una película puede llevar aquello de no recomendada para menores de dieciocho años, es decir, que recomienda, pero no prohíbe. Sin embargo, en el país de las barras y estrellas, si una película lleva dicha calificación, conocida por R, la entrada al cine queda restringida a menores de edad, a no ser que vayan acompañados de un padre o tutor. Esta calificación, en determinadas películas, provoca que parte de su público potencial quede fuera de juego, reduciendo sustancialmente las recaudaciones. El problema consiste en que, si la película es calificada con la más permisiva PG13 en lugar de la temida R, el contenido adulto de la propuesta (violencia, sexo, lenguaje “ofensivo”, etc) queda reducido notablemente. Y esto en algunos casos es un grave error.

Todo esto viene a cuento porque Max Payne fue considerablemente suavizada para poder recibir el consiguiente PG13, y de ese modo permitir la entrada a los cines a cuantos más adolescentes mejor. No se si en caso de haber sido calificada R los ingresos hubiesen sido mediocres, pero lo cierto es que, como película, probablemente ha perdido. Y es así porque estamos hablando de una película de acción, sobre un justiciero (hasta el día de hoy no concibo, como gran fan del subgénero, una propuesta de este tipo que no lleve la violencia hasta niveles mínimamente elevados), una venganza, y un personaje frío y deseoso de aplicarla con los métodos que sean necesarios. Pero en Max Payne la violencia es tan estilizada, la acción tan soft (y escasa) y el comportamiento del vengador tan poco inspirador, que termina siendo un thriller para todos los públicos.

Max Payne es la adaptación de un famoso videojuego de mismo titulo que triunfó allá por 2.001, convirtiéndose en díptico dos años después con Max Payne: La caída de Max Payne. Nunca he jugado a dichos juegos, pero sus responsables afirman que son apasionados del cine, y que hicieron el producto lo más cinemático posible, añadiendo las claves del llamado cine neonoir. En ese sentido, Max Payne, la película, ha sido construida siguiendo las mismas pautas. Cine neonoir al estilo de Sin City (Sin City, 2005), copiando parte de su estética, urdiendo una trama de mafias, traidores, venganza y polis corruptos. Si a esto le añadimos la estética high tech de cosas como Constantine (Constantine, 2004), alguna escena de acción con bullet time (ya introducidas en los videojuegos) y un pelin de las películas de justicieros modernas, nos queda este medianamente entretenido, muy mejorable, Max Payne.

 

publicado por Carlos Cubo el 5 septiembre, 2009

Enviar comentario

Leer más opiniones sobre

muchocine 2005-2019 es una comunidad cinéfila perpetrada por Victor Trujillo y una larga lista de colaboradores y amantes del cine.