Exorcismo en Connecticut
Matt es un adolescente al que acaban de diagnosticarle un cáncer, su madre tiene que desplazarse con él al hospital para que reciba tratamiento, eso implica un viaje largo en coche, la familia no está dispuesta a que Matt pase tantas horas de viaje en su estado delicado y deciden trasladarse cerca del centro, entonces la madre encuentra una casa antigua y en una decisión apresurada por el malestar de su hijo se da la vuelta a mitad de camino de regreso y alquilan esa casa. A partir de entonces a Matt le empiezan a suceder extraños acontecimientos que en un principio achacan al estrés por la enfermedad y a los efectos secundarios del tratamiento pero más adelante descubrirán que tienen más que ver con el pasado oscuro de su nueva morada.Mirando el cartel e influenciado por el título de la cinta, en un principio creí que lo que iba a ver era otro cuento más de los subtitulados “basado en hechos reales”, y que no hay dios que se lo trague, o como mínimo otra historia de posesiones demoníacas en algún pueblo de la América profunda, pero no, nada más lejos de la realidad; aunque lo de basada en hechos reales tampoco hay dios que se lo trague, la historia no tiene nada que ver con exorcismos de ninguna clase, más bien la clasificaría como un thriller terrorífico.
Con un argumento muy ordenado, Peter Cornwell nos mete en el sufrimiento de Matt y de toda su familia por su enfermedad y sin perder ni un ápice de ese drama nos va asustando y manteniendo en tensión durante todo el film dándonos todos y cada uno de los datos para aclarar el misterio que guarda el caserón. Otro detalle a destacar es que aparte de la premisa típica de peli de terror (casa encantada e inquilinos atormentados), lo que más une a la historia con esa coletilla de basado en hechos reales, es la familia en sí, es decir madre desesperada y destrozada por la desgracia de la enfermedad de su hijo, padre alcohólico que al mínimo síntoma de desequilibrio familiar se abandona de nuevo a la bebida, todo ello potenciado por la mezcla de desesperación, dolor físico, incomprensión, aparente locura y curiosidad por los acontecimientos que transmite Kyle Gallner (Matt), dan un punto muy original de drama al resultado final.
En cuanto a Kyle Gallner, el protagonista, sabe hacernos ver el sufrimiento y desesperación, seguramente ayudado por su cara, un rostro muy adecuado para películas de este tipo, en ocasiones yo he visto en él a un nuevo Edward de Crepúsculo, Virginia Madsen en un justo y equilibrado papel de madre y por último Elias Koteas muy bien como el reverendo Popescu.
Lo mejor: Buen resultado a pesar de los tópicos.
Lo peor: El cartel y sobre todo el titulo en español no atraen nada.