1917

Estamos ante una producción sublime, con una cinematografía obscena, una narración perfecta y unos planos secuencias sobresalientes en la que la dirección es maestra y la decisión de no elegir a grandes estrellas -salvo un par de secundarios que, en confianza, no aportan nada que no hubiera aportado cualquier actor menos conocido- es un acierto.
La historia es dura, muy dura, y es contada con dureza, también, pero ¿qué no fue duro en esas trincheras miserables de la Gran Guerra.
Sam Mendes, gracias, has vuelto a tu mejor cine y has hecho, sin duda, la película del año.
Lo mejor: Unos planos secuencia insuperables.
Lo peor: El diálogo con la mujer francesa es un poco pobre.