La cinta trascurre como toda película infantil con ausencia de guionistas. Con un argumento zafio y situaciones que no acaban de trascender de las meras anécdotas donde el clímax es un simple recital infantil donde se encargan de destripar una canció

★★☆☆☆ Mediocre

Imagine that

Debo reconocer que soy de las personas que discuten cada vez que alguien osa decir que Eddie Murphy es un mal actor. No es del todo cierto. Las mejores y más memorables películas de los ochenta venían firmadas por su incombustible personalidad, un gran sentido del humor y bastante tino en taquilla. Films como El Chico de Oro, Entre pillos anda el juego, Límite 48 horas, El príncipe de Zamunda o Superdetective en Hollywood son buena prueba de ello. Otro tema es que en los noventa se dedicara a desfasar y a vivir locas aventuras con señoras que resultaron ser señores de vida alegre… después de todo hasta nuestro amigo Hugh Grant estaba ocupado en semejantes menesteres.

La cuestión es que las películas de Disney de corte familiar dilapidaron la carrera del actor que se encasilló en comediuchas con muchos papeles y poca chicha de las que pudo haber salido con el golpe de gracia de DreamGirls pero que resultó solo un golpe de genialidad aislado. Y cuando pensabamos que no podía caer más bajo que siendo “musa” de Disney llega y nos hace esto… ¡Se convierte en “musa” de Nickelodeon! Así que es posible que efectivamente los días del gran cómico hayan acabado para siempre aunque no pueden quitar mérito a las cintas antes citadas.

Imagine That (Mi Papa y Nuestro Mundo Fantástico, como es posible que osen titularla en otro alarde de Traducciones Gloriosas) es una comedia de corte excesivamente familiar. Murphy es un asesor financiero recién separado de su mujer con una niña con amplia imaginación que viaja a mundos desconocidos escondiéndose bajo su mantita mágica. Esto empieza a ser un problema hasta que su padre descubre que sus amigos imaginarios hacen estupendas predicciones sobre sus valores de bolsa y dado que un compañero (indio para más señas, de esos de plumas, se entiende) le está haciendo la puñeta decide aprovechar la situación.

La cinta trascurre como toda película infantil con ausencia de guionistas. Con un argumento zafio y situaciones que no acaban de trascender de las meras anécdotas donde el clímax es un simple recital infantil donde se encargan de destripar una canción de los Beatles.

Si, posiblemente, y aunque no tenga cientos de papeles ni se travista, esta es una de las películas más ñoñas del actor. ¡Qué se le va a hacer!



Lo mejor: ¿Qué quieren que les diga? A mí el indio me hizo cierta gracia.
Lo peor: La poca imaginación que echan los guionistas amparándose en que hacen películas infantiles.
publicado por Ana Belén Pacheco el 22 agosto, 2009

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