Una adaptación juguetera la mar de apetecible (y además entretenida)

★★★☆☆ Buena

GI Joe

Con 10 u 11 años cayó por primera vez un muñeco de G.I Joe en mis manos, fue un regalo veraniego de mi padre, que confundió a estos arquetipicos soldados con los de Star Wars, desde ese momento y dado que tampoco eran demasiado caros para entonces, fui haciéndome con un nutrido grupo de muñecos y de vehículos, aparte en cada “nave” venia siempre algún muñeco, que durante semanas cambiaba con amigos de la pandilla, e incluso en vacaciones me lleve unos cuantos a la playa, así que imaginaos mi alegría cuando me enteré que la vida de unos de mis juguetes preferidos se iba a convertir en película y que además la película es… ¡cojonuda! En la red ya se habían pronunciado y yo que me podían las ganas, no podía ser menos. Cualquier bloguero o forero que se precie tiene la misma opinión: la película iba a ser una gran mierda. Aún sin verla. Desde luego a Stephen Sommer le salió muy cara “Van Helsing”, peli de la que tampoco he renegado, y que también me encanta, aunque sea cine palomitero, comercial y simplón en grado sumo.

Sin embargo aquí Sommers le ha puesto ganas, y creando su “particular Saga James Bond” ha conseguido que los fans de los muñecos hayamos salido más contentos que un niño el día de Reyes.

La historia está prácticamente sacada de los cómics. Una organización llamada Cobra, poseedora de un armamento que deja en ridículo al más avanzado de cualquier ejército, busca hacerse con un arma secreta (nanobots destructores) para poner en jaque al mundo. Duke y Ripcord, dos jóvenes soldados, ingresan en el comando GI Joe, una fuerza de elite internacional que intentará pararle los pies. Y a partir de ahí, dos horas de la mejor acción que he visto este verano en el cine. Ni Transformers 2 ni nada parecido, tiros, explosiones, armas, peleas, tias buenas, todo junto agitado y muy bien mezclado.

Cada escena de acción funciona a un nivel y es más grande, más ruidosa y espectacular que la anteriores, desembocando en un tremendo final con una batalla a tres bandas simplemente sensacional.

Aparte, de cada personaje podemos conocer su pasado, nos lo presentan y nos cuentan que pasó para que el mismo sea asi, y los motivos que le llevan a hacer tal o cual cosa.

En  GI Joe lo realmente interesante siempre han sido los malos: todos entre correctos y estupendos. Destacan especialmente, como debe ser La Baronesa (uff Sienna Millar) y Storm Shadow, el ninja mercenario al servicio de Cobra, que roban el plano cada vez que están en escena. Entre los Joe’s, pues Scarlet está muy guapa y Ojos de Serpiente, el “ninja bueno”, aparece en su justa medida, la sombra de Darth Maul es alargada y a Ray Park empieza a pesarle este papel, haga el que haga. Los tipos misteriosos, ya saben, en las dosis adecuadas. Cantidad de guiños a la serie, y muchos de los vehículos que tuvimos como juguetes hacen acto de aparición en el film, de manera ordenada y, lo más importante, molando mucho, yo espero con ganas una secuela (ya que la cinta se queda así dispuesta) y muchos más personajes, entre ellos el Sgto Slaughter, que luego tuvo su Alter-ego en el Pressing Catch.

Los fans yankis se quejan de que han violado su infancia al hacer que GI Joe sea una fuerza internacional y no solo estadounidense, con personajes europeos y africanos, ya que para ellos es una traición al espíritu americano convertir una serie sobre las heróicas tropas de los EEUU en una fuerza apoyada por Naciones Unidas. Desgraciadamente parece que este disgusto se ha acabado contagiando al fan hispano, que ya opina que “es una mierda” porque oye campanas transoceánicas. No caigas en la trampa. GI Joe triunfa en todo lo que se propone y el espectador se lo pasa en grande. Id, disfrutad y dejaos de zarandajas. ¡Si es que hasta Wayans está contenido y hace un buen papel, gracioso y heroico!

Y sino, disfrutad al menos de la pelea de gatas entre Scarlett y La Baronesa.

publicado por Rafa Ferrer el 14 septiembre, 2009

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