Ángeles y demonios
Dan Brown es una especie de Rey Midas del mundo de los Best Sellers y es que tras su éxito mundial con “El Código Da Vinci” se sabía que su secuela (bueno en realidad precuela) estaba al caer más temprano o más tarde en las pantallas de nuestras salas de cine.
Esta vez buscaban algo más, y mientras que en “El código…” resulta una película plomiza que rompe el ritmo y frena esa rapidez y acción que si tiene la novela y de la que carece el film. En este caso parece que Ron Howard a aprendido la lección y imprime a la cinta el típico “leit motiv” de que “jamás dejen de pasar cosas” y que el asesino, min. A min. Pueda ser quien menos se lo espere uno.
Tom Hanks, de nuevo dando vida a Robert Langdon, se deja acompañar por un nutrido grupo de actores en los más diversos roles, desde luego a Hanks se le nota ya cómodo como el protagonista de esta más que exitosa saga, si a eso añadimos a Ewan McGregor, la bella actriz de origen israelí Ayelet Zurer, y el más que notable Stellan Skarsgard ya os podéis hacer a la idea de lo que uno puede contemplar (y a la vez disfrutar) en pantalla.
Unamos también a la ciudad eterna Roma, como casi un personaje más, y es que, viendo la película a uno le entran unas ganas enormes de visitarla, y recorrer cada uno de los rincones que nos muestra la película. Imagino, que las agencias turísticas harán su agosto, nunca mejor dicho, como ya hicieran con “El código…” puesto que en París había Tours para recorrer las localizaciones de la novela y la película…
En fin, mucho más intensa que “El código…” e incluso más prometedora y acompasada que la novela, y mira que eso siempre es bastante complicado, puesto que la letra plasmada en papel jamás supera (por mucho que lo intente) a su traslación en pantalla.
Si te gustó el libro, y te pareció un poco lenta “El código Da Vinci” deberías darle una oportunidad a esta.