El niño con el pijama de rayas
Cuando leí el libro, por recomendación expresa de mi mujer (libro de lectura rápida, casi incesante) me sentí, cuando finalizó un poco cabreado, triste por la historia (o idiotez) del protagonista, y poco contento con lo que se narraba en él mismo, es cierto que no sé muy bien porqué, las historias del holocausto judío siempre me han puesto de bastante mala leche, tal vez sea porque soy poco amigo de las injusticias, y esta, tal vez, sea una de las injusticias más grandes de nuestra historia (junto a otras muchas ¿eh? No me tachen ahora de insensible…)
En un libro que se ha vendido como churros y se ha traducido a multitud de idiomas, era normal que se hiciera una película, que, no tardó mucho en estrenarse y donde uno puede ver la historia que se narra en los libros e incluso profundizar un poquito más en la misma, sinceramente y en este caso y a pesar de que el libro me enfadó profundamente, en la película uno lo ve desde otro prisma, ya que la historia tanto en un lado como en el otro se plasma desde el punto de vista de Bruno (el pequeño protagonista), en la cinta ya casi al final uno no le ve tan idiota como puede llegar a parecer en el libro.
Mención aparte al reparto de la misma, Asa Butterfield y Jack Scanlon, los 2 pequeños protagonistas, y por supuesto David Thewlis y Vera Farmiga como los padres del pequeño Bruno.
En fin, está muy bien dicho el tópico ese de “me gustó más el libro” pero en este caso la película, como ya he dicho, abre el prisma un poco más que su homónimo en papel.