Sendas tortuosas
"A un pueblo llega un forastero, que tiene una estrella de sheriff. Por él es tomado, principalmente por el singular juez (y verdugo) del lugar, una persona buena con los inocentes, pero cruel con el criminal.
En realidad, el muchacho no es el verdadero sheriff, sino que, tras la confusión, se hace pasar por él. Lo que ocurrió es que el sheriff que le perseguía tras intentar atracar un banco en la persecución cayó a un precipio. Así, se quedó con su caballo pues el suyo estaba muerto.
En el pueblo, querrá atracar el banco de la localidad, pero una banda rival llega al lugar con el mismo propósito".
Entretenida película del oeste, de serie B se podría decir.
Está rodada en Cinemascope y se ve que había cierta cantidad de dinero para la producción, dado los buenos decorados de interiores, estupenda fotografía y cuidada planificación.
Sin embargo, la dirección no puede ser más convencional, con un guión normalito, aunque sus diálogos no son malos.
Lo mejor, sin duda, son sus intérpretes, es decir, la presencia del gran Walter Matthau, en el papel del curioso juez. Se comprueba claramente ya su buen hacer en la década anterior a sus primeros grandes éxitos. Y también, como siempre, la buena labor del excelente característico Henry Silva, todavía vivo (no me atrevo a decir que en activo pues hace mucho que no le he visto en una peli o serie de televisión).
Por lo demás, no mucho. Entretiene y hace pasar un ameno rato.
Como curiosidad, la he visto por la tele, en mi canal autonómico (ETB-2) con un doblaje portorriqueño, al igual que cuando mi niñez. Nostálgico, sí, aunque bastante extraño hoy en día.