8 citas
8 CITAS
DE AMORES Y POETAS
8 Citas aborda con desigual suerte, pero contagioso entusiasmo, el más inescrutable y revelador de los sentimientos humanos: el amor. Los televisivos Rodrigo Sorogoyen y Peris Romano se estrenan en la gran pantalla con esta película coral que, a modo de rompecabezas, explora las múltiples caras y etapas del proceso amoroso. A través de ocho pequeños relatos vemos, por ejemplo, esa incontenible pasión del principio que bebe del cuerpo amado con una sed que nunca parece saciarse, ese apego físico que nos ata a una piel, un olor o un sabor y que nos descubre la infinita ternura que cabe en la comisura de unos labios o en el color de unos ojos. Pero también visitamos el naufragio, el dolor devastador del desamor que nos asola y trasciende, tanto o más que el propio amor, encerrándonos dentro de una soledad perfecta, profundamente triste y desconocida hasta entonces. Y la esperanza del reencuentro, o la constatación de que nunca recuperaremos aquellos besos y risas. Y la seducción, los celos, los y las ex, las familias complicadas… Todo cabe en esta cinta donde cada historia, cada una de las piezas que completan este puzzle imposible, es enfocada desde lo cotidiano, con situaciones familiares para el espectador.
8 Citas tiene a su favor el humor, la ternura y la frescura de algunos diálogos y un excelente grupo de actores que no por estar muy vistos (en algún caso), dejan de demostrar su talento. En contra está su aire televisivo, sus escenas pretendidamente enrolladas, la certeza de que el que mucho abarca poco aprieta (ocho relatos son demasiados) y la sensación de que lo que nos cuentan ya lo hemos visto.
Y para el amor, los poetas. Gil de Biedma no quiere la dulce caricia dilatada, sino ese poderoso abrazo en que romperse. Bukowski quiere, en cambio, a la furcia con ojos de pelícano, ombligo de bronce y corazón de marfil. Benedetti si te quiere es porque sos su amor, su cómplice y todo. A Neruda, sin embargo, le gusta cuando calla, porque está como ausente. Y con Rimbaud, en invierno, iremos en un pequeño vagón rosa con cojines azules. Benjamín Prado sentencia que hace falta la noche para ver las estrellas. Y a Ángel González ella le dejó sus ojos en un plato y se fue a tientas. A Pedro Salinas, lo que es le distrae de lo que dice. Cernuda asegura que si muere sin conocerte, no muere, porque no ha vivido. Y Lope de Vega vació su chistera para contarnos lo que es el amor, y que quien lo probó lo sabe.
Antonio Boñar
Compostela, 24 de abril de 2008